Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Génesis 43:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Pero Judá le dijo: ―Aquel hombre no estaba bromeando cuando dijo: “No regresen, a menos que su hermano venga con ustedes”. Así que no podemos ir, a menos que dejes que Benjamín vaya con nosotros.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Respondió Judá, diciendo: Aquel varón nos protestó con ánimo resuelto, diciendo: No veréis mi rostro si no traéis a vuestro hermano con vosotros.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Pero Judá dijo: —El hombre hablaba en serio cuando nos advirtió: “No volverán a ver mi rostro a menos que su hermano venga con ustedes”.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Judá le contestó: 'Aquel hombre nos dijo bien claro que no nos admitiría en su presencia si no iba con nosotros nuestro hermano.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Y Judá le respondió, diciendo: Aquel hombre nos advirtió seriamente, diciendo: No veréis mi rostro a menos que vuestro hermano venga con vosotros.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Judá le contestó: 'Aquel hombre nos advirtió categóricamente: 'No os admitiré en mi presencia si vuestro hermano no viene con vosotros'.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y respondió Judá, diciendo: Aquel varón nos protestó con ánimo resuelto, diciendo: No veréis mi rostro a menos que vuestro hermano venga con vosotros.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Génesis 43:3
13 Tagairtí Cros  

Cuando estaba por acabárseles el trigo que habían comprado en Egipto, Jacob les dijo a sus hijos: ―Vayan nuevamente y compren más alimento.


Sin embargo, usted nos dijo: “No regresen sin su hermano menor”.


Pero el rey David ordenó que Absalón se fuera a su propia casa, pues no quería verlo nunca. Por eso, Absalón se fue a su casa sin ver al rey.


Después de dos años de estar en Jerusalén sin presentarse ante el rey, Absalón


Y Absalón le respondió: ―Porque yo quería que le preguntaras al rey por qué me hizo venir de Guesur si no me quería ver. ¡Mejor me habría quedado allá! Arréglame una entrevista con el rey, y si él me encuentra culpable de asesinato, que me ejecute.


«De acuerdo —respondió David—, pero no negociaré contigo a menos que me traigas a mi esposa Mical, la hija de Saúl».


»Sé que ninguno de ustedes, entre quienes he andado pregonando el reino de Dios, me volverá a ver.


al pensar que, según las palabras del apóstol, no lo volverían a ver. Al final, lo acompañaron al barco.


He visto los sufrimientos que pasa mi pueblo en Egipto y he escuchado sus clamores. He venido a libertarlos. Ven, te enviaré a Egipto”.