Génesis 42:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ―Señor —dijeron—, somos doce hermanos y nuestro padre se quedó en Canaán. Nuestro hermano menor se quedó con nuestro padre, y el otro murió. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y ellos respondieron: Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un varón en la tierra de Canaán; y he aquí el menor está hoy con nuestro padre, y otro no parece. Biblia Nueva Traducción Viviente —Señor —dijeron ellos—, en realidad somos doce en total. Nosotros, sus siervos, somos todos hermanos, hijos de un hombre que vive en la tierra de Canaán. Nuestro hermano menor quedó con nuestro padre, y uno de nuestros hermanos ya no está con nosotros. Biblia Católica (Latinoamericana) Ellos se defendieron diciéndole: 'Eramos doce hermanos, hijos de un mismo padre, que vive en Canaán. El menor se quedó con nuestro padre, y el otro ya no vive. La Biblia Textual 3a Edicion Ellos entonces respondieron: Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un varón de la tierra de Canaán, y he aquí el menor está hoy con nuestro padre, y el otro ha desaparecido. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Respondieron ellos: 'Tus siervos eran doce hermanos. Todos nosotros somos hijos de un mismo padre en la tierra de Canaán. El pequeño se halla hoy con nuestro padre, y el otro ya no existe'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y ellos respondieron: Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un varón en la tierra de Canaán; y he aquí el menor está hoy con nuestro padre, y otro no parece. |
Somos hijos del mismo padre, somos personas honradas, señor. ¡No somos espías!
―¡Sí, lo son! —insistió—. Han venido a ver si estamos débiles e indefensos.
―¿Sí? —preguntó José—, ¿y eso, prueba algo? Ya lo he dicho: Son espías.
Somos doce hermanos, hijos de un mismo padre; uno murió, y el menor quedó con nuestro padre en la tierra de Canaán”.
Entonces Jacob exclamó: ―¡Ustedes me han privado de mis hijos! Perdí a José, luego a Simeón, y ahora quieren llevarse a Benjamín. Todo se ha confabulado en mi contra.
Pero Jacob replicó: ―Mi hijo no irá con ustedes, porque José su hermano murió y sólo él me ha quedado de los hijos de su madre. Si algo llegara a sucederle, yo me moriría.
José miró a Benjamín, su hermano menor, y preguntó: ―¿Es este su hermano menor del cual me hablaron? ¿Cómo estás, hijo mío? ¡Dios te bendiga!
―Porque aquel hombre nos preguntó específicamente por nuestra familia —respondieron—. Quería saber si nuestro padre todavía vivía y nos preguntó si teníamos otro hermano. Por eso se lo dijimos. ¿Cómo íbamos a saber nosotros que nos iba a decir: “Traigan a su hermano”?
Y nosotros le respondimos: “Sí, tenemos un padre, anciano, y un hijo de su vejez, el cual todavía es muy joven. El hermano de este murió y sólo él ha quedado de los hijos de su madre, y su padre lo ama mucho”.
y que uno de ellos salió y no volvió jamás, sin duda destrozado por algún animal salvaje. Nunca más lo volví a ver.
¡José está vivo! —exclamaron al contárselo—. Es el gobernador de toda la tierra de Egipto. Jacob se quedó pasmado, y no les creía.
El Señor dice: Hay amargo llanto en Ramá. Raquel llora por sus hijos y nadie puede consolarla, pues han desaparecido.
Nuestros antepasados obraron muy mal, pero murieron antes de que pudieran recibir su propio castigo. ¡Ahora a nosotros nos tocó el castigo que ellos merecían!
Entonces Herodes se puso furioso por la burla de los sabios y mandó matar a todos los niños varones que vivieran en Belén y sus alrededores y que tuvieran dos años o menos. Lo ordenó así tomando en cuenta el tiempo que los sabios le habían indicado.
«Gritos de agonía y llanto incontenible se escuchan en Ramá; es Raquel que llora desconsolada la muerte de sus hijos».