Abraham se inclinó hasta tocar el suelo con su frente, y se rio de pensar que un hombre de cien años pudiera ser padre, y que Sara pudiera tener un hijo a los noventa años.
Génesis 21:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Y Sara dijo: «Dios me ha hecho reír, y cualquiera que oiga que he tenido un hijo, se reirá conmigo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo. Biblia Nueva Traducción Viviente Sara declaró: «Dios me hizo reír. Todos los que se enteren de lo que sucedió se reirán conmigo. Biblia Católica (Latinoamericana) Sara dijo: 'Dios me ha hecho reír, y todos los que se enteren se reirán también. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces dijo Sara: ’Elohim me ha hecho reír. Todo el que lo oiga, reirá conmigo.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo Sara: 'Es de risa lo que me ha hecho Dios; todo el que se entere se reirá a cuenta mía'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo. |
Abraham se inclinó hasta tocar el suelo con su frente, y se rio de pensar que un hombre de cien años pudiera ser padre, y que Sara pudiera tener un hijo a los noventa años.
El da hijos a la mujer estéril, un hogar para que sea una madre feliz. ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!
¡Cómo reímos y cantamos de júbilo! y las demás naciones decían: «¡El Señor ha hecho grandes cosas por ellos!».
¡Jamás! ¿Podrá la madre olvidar a su criaturita y no amar a su propio hijo? Pues aunque eso fuera posible, yo no los olvidaré.
Entonces ustedes se dirán: «¿Quién nos ha dado a todos estos? Porque la mayoría de nuestros hijos fueron muertos y el resto fue llevado cautivo, dejándonos solos aquí. ¿Quién dio a luz a todos estos? ¿De dónde vinieron?».
¡Canta, mujer estéril! ¡Prorrumpe en grande y jubiloso cántico, Jerusalén, porque la que había sido abandonada tiene más bendiciones que la que conservó su marido!
¡Maldito sea aquel mensajero que le avisó a mi padre de mi nacimiento!
Sus vecinos y familiares se llenaron de alegría al enterarse de que el Señor había sido misericordioso.
Si alguien se alegra, alégrense con él; si alguien está triste, acompáñenlo en su tristeza.
Por la fe, Abraham, a pesar de ser demasiado viejo y de que Sara no podía tener hijos, recibió fuerzas para tener hijos, porque confió en que Dios cumpliría la promesa que le había hecho.
«Señor, ¿te acuerdas de mí? —le preguntó Ana—. Yo soy la mujer que estuvo aquí hace algún tiempo orando al Señor.