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Génesis 21:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

7 Porque, ¿quién se hubiera atrevido a decirle a Abraham que yo le iba a dar de mamar a un hijo? Sin embargo, ¡le he dado un hijo a Abraham en su vejez!».

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Biblia Reina Valera 1960

7 Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que Sara habría de dar de mamar a hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 ¿Quién le hubiera dicho a Abraham que Sara amamantaría a un bebé? Sin embargo, ¡le he dado a Abraham un hijo en su vejez!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Y añadió: '¡Quién hubiera dicho a Abrahán que yo amamantaría hijos! Y sin embargo, le he dado a luz un hijo en su vejez.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y añadió: ¿Quién le hubiera dicho a Abraham que Sara amamantaría hijos?, pues le he dado a luz un hijo en su vejez.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Y añadió: '¿Quién habría de decir a Abrahán que Sara había de amamantar hijos? Pues sí; le he dado un hijo en su vejez'.

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Génesis 21:7
15 Tagairtí Cros  

Abraham se inclinó hasta tocar el suelo con su frente, y se rio de pensar que un hombre de cien años pudiera ser padre, y que Sara pudiera tener un hijo a los noventa años.


Entonces el Señor le dijo a Abraham: ―¿Por qué se rio Sara? ¿A caso no cree que pueda tener un hijo a pesar de su edad?


El niño creció y llegó a la edad en que fue destetado. Y Abraham celebró la ocasión con una gran fiesta.


Ella le dio un hijo, que fue llamado Guenubat, que creció en el palacio del faraón, entre los mismos hijos del faraón.


En la mañana, cuando quise darle de mamar a mi hijo, descubrí que estaba muerto. Pero cuando hubo suficiente luz, lo observé bien y me di cuenta de que no era mi hijo.


Porque tú eres grande y haces grandes maravillas. Sólo tú eres Dios.


Señor, no hay entre dioses paganos un Dios como tú, ni hay milagros como los tuyos.


Entonces ustedes se dirán: «¿Quién nos ha dado a todos estos? Porque la mayoría de nuestros hijos fueron muertos y el resto fue llevado cautivo, dejándonos solos aquí. ¿Quién dio a luz a todos estos? ¿De dónde vinieron?».


¡Maldito sea aquel mensajero que le avisó a mi padre de mi nacimiento!


No se puede maldecir a Jacob, y no hay magia que pueda hacer algo en su contra. Porque ahora se dirá de Israel: ¡Qué maravillas ha hecho Dios por ellos!


Esto es así para que todos los poderes y autoridades en los cielos conozcan ahora la sabiduría de Dios, que se deja ver de tantas formas, al observar la iglesia.


Así será cuando venga en aquel día a recibir honra y admiración de su pueblo, de sus santos. Ustedes estarán entonces con él, porque creyeron el mensaje que les llevamos.


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