Entonces el rey Abimélec le dio a Abraham ovejas, bueyes y esclavos de ambos sexos, y le devolvió a Sara.
Génesis 21:22 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Por este tiempo, el rey Abimélec, acompañado de Ficol, el comandante de sus tropas, fue a donde estaba Abraham y le dijo: ―Es evidente que Dios te bendice y te ayuda en todo lo que emprendes. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Aconteció en aquel mismo tiempo que habló Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, a Abraham, diciendo: Dios está contigo en todo cuanto haces. Biblia Nueva Traducción Viviente En esos días, Abimelec fue con Ficol, el comandante de su ejército, a visitar a Abraham. —Es obvio que Dios está contigo, ayudándote en todo lo que haces —dijo Abimelec—. Biblia Católica (Latinoamericana) Por aquel tiempo, Abimelec fue con Ficol, general de sus tropas, a hablar a Abrahán, y le dijo: 'Dios está contigo en todo cuanto emprendes. La Biblia Textual 3a Edicion Sucedió en aquel tiempo que Abimelec° y Ficol, capitán de su ejército, se dirigieron a Abraham diciendo: ’Elohim está contigo en todo lo que tú haces. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Aconteció por aquel tiempo que Abimélec y Picol, jefe de su ejército, hablaron a Abrahán diciéndole: 'Dios está contigo en todo lo que haces. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció en aquel mismo tiempo que habló Abimelec, y Ficol, príncipe de su ejército, a Abraham diciendo: Dios es contigo en todo lo que haces. |
Entonces el rey Abimélec le dio a Abraham ovejas, bueyes y esclavos de ambos sexos, y le devolvió a Sara.
Entonces Abraham oró por Abimélec. Y Dios sanó a Abimélec, a su esposa y a sus siervas, y les permitió tener hijos,
Allí decía que Sara era su hermana. Por eso, Abimélec, que era el rey de Guerar, hizo que llevaran a Sara a su palacio, para hacerla su esposa.
Un día, Abimélec vino desde Guerar para visitar a Isaac. Con él vinieron Ajuzat, su consejero, y Ficol, comandante de su ejército.
―Bueno —dijeron ellos—, podemos ver claramente que el Señor te está bendiciendo. Así que hemos decidido venir a pedirte que hagamos un pacto entre nosotros. El pacto que haremos contigo, bajo juramento, es este:
Además, estaré contigo y te protegeré dondequiera que vayas, y te traeré de nuevo sano y salvo a esta tierra. ¡Jamás te abandonaré sin haberte cumplido mis promesas!».
―No me dejes, por favor —respondió Labán—. Por adivinación me he enterado de que el Señor me ha bendecido a través de ti.
―Su padre ya no me trata como antes, ¡pero el Dios de mi padre siempre ha estado conmigo!
De allí pasaron a la fortaleza de Tiro y a todas las ciudades de los heveos y cananeos, y avanzaron por el sur de Judá hasta llegar a Berseba.
Salomón, hijo de David, llegó a ser un rey muy poderoso, porque contaba con la ayuda del Señor su Dios.
El Señor dice: Los egipcios, etíopes y sabeos estarán sujetos a ti. Acudirán a ti con todas sus mercancías, las cuales te pertenecerán. Irán tras ti como prisioneros en cadenas y se postrarán de rodillas ante ti diciendo: «¡El único Dios que hay, es tu Dios!».
»En aquellos días», dice el Señor Todopoderoso, «sucederá que diez habitantes de diversas naciones agarrarán a un judío por su manto, y le dirán: “¡Por favor, permítenos ir contigo a Jerusalén! ¡Sabemos que Dios está con ustedes!”».
«¡Miren! La virgen concebirá y tendrá un hijo y lo llamarán Emanuel» (que quiere decir «Dios está con nosotros»).
¿Qué más se puede decir? Si Dios está de parte nuestra, ¿quién podrá estar contra nosotros?
sus más íntimos pensamientos saldrán a la luz, se postrará de rodillas a adorar a Dios y reconocerá que Dios de veras está entre ustedes.
No amen el dinero. Estén contentos con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré; jamás te abandonaré».
El Señor le dijo a Josué: «Hoy comenzaré a exaltarte para que todo Israel sepa que yo estoy contigo de la misma manera que estuve con Moisés.
Obligaré a los de la sinagoga de Satanás, que dicen mintiendo que son míos, a postrarse a tus pies y reconocer que te amo.
Así lo prometió David. Saúl entonces regresó a su casa, pero David y sus hombres volvieron a la cueva.
Samuel crecía y el Señor estaba con él y Dios hizo que se cumplieran todos sus mensajes.