Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Génesis 30:27 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

27 ―No me dejes, por favor —respondió Labán—. Por adivinación me he enterado de que el Señor me ha bendecido a través de ti.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

27 Y Labán le respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, y quédate; he experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

27 —Por favor, escúchame —respondió Labán—. Me he enriquecido, porque el Señor me ha bendecido por causa de ti.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

27 Labán le contestó: 'Hazme un favor. El cielo me hizo ver que Yavé me bendecía gracias a ti.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

27 Pero Labán le respondió: Si he hallado gracia a tus ojos… He percibido que YHVH me ha bendecido por tu causa.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 Labán le respondió: 'Si cuento con tu aprecio... He sabido por adivinación que me ha bendecido Yahveh por tu causa'.

Féach an chaibidil Cóip




Génesis 30:27
25 Tagairtí Cros  

A los que te bendigan, yo los bendeciré; pero a quienes te maldigan, yo los maldeciré. ¡Por medio de ti, yo bendeciré a todos los pueblos del mundo!».


y dijo: ―Mi señor, le ruego por favor que no pase de largo, sino que se quede aquí un momento.


Esa noche, el Señor se le apareció y le dijo: «Yo soy el Dios de Abraham, tu padre. No temas, porque estoy contigo. Por amor a Abraham, mi siervo, te bendeciré y haré que tu descendencia sea muy numerosa».


De lo poco que tenías has pasado a tener un rebaño inmenso. El Señor te ha bendecido desde que yo llegué. Pero ya es tiempo de que yo trabaje para mi propia familia.


―Bueno —dijo Esaú—, al menos permíteme que te deje algunos hombres para que te ayuden y sirvan de guía. ―No —insistió Jacob—, no es necesario. Por favor, acepta mi sugerencia.


Siquén también les dijo a Jacob y a los hermanos de Dina: ―Sean bondadosos conmigo y dénmela por esposa. Yo les daré cualquier cosa que pidan.


Pregúntales: “¿Qué pretendían al robar la copa de mi señor, la que usa para adivinar? ¡Qué gran maldad han hecho!”.


―¡Usted nos ha salvado la vida! —le dijeron—. ¡Con todo gusto seremos esclavos del faraón!


Allí estuvo el cofre por tres meses, y el Señor bendijo a Obed Edom y a toda su familia.


Hadad se convirtió en uno de los amigos más íntimos del faraón, y este le dio por esposa a la hermana de la reina Tapenés.


Señor, escucha mi oración. Escucha la oración de quienes se deleitan en darte gloria y honra. Te ruego que me permitas tener éxito cuando me presente ante el rey con mi petición. Haz que el rey me atienda y me trate bien». Yo era entonces copero del rey.


El rey, que tenía a la reina sentada a su lado, me preguntó cuánto tiempo duraría mi viaje y cuándo pensaba regresar. Entonces fijé una fecha para mi partida, y el rey estuvo de acuerdo.


Son como árboles junto a las riberas de un río, que no dejan de dar delicioso fruto cada estación. Sus hojas nunca se marchitan y todo lo que hacen prospera.


Además, haré que los egipcios los carguen de obsequios en el momento de salir, para que no salgan con las manos vacías.


Pero la décima parte, un remanente, sobrevivirá; y aunque Israel sea invadido y destruido una y otra vez, será como árbol talado que aún conserva vida para retoñar.


Sus descendientes tendrán renombre y serán famosos entre las naciones. Todos reconocerán que son un pueblo bendecido por Dios.


Pero no los destruiré a todos, dice el Señor, porque así como entre los racimos de uvas malas aparecen algunas buenas (y alguien dirá: «¡No las arrojes todas; hay algunas uvas buenas!») no destruiré a todo Israel, porque tengo entre él algunos siervos fieles.


Dios permitió que Daniel se ganara el respeto del jefe del personal.


le dijo al Señor: «¿Por qué me has elegido a mí para darme una carga semejante con este pueblo?


Si me vas a tratar así, mándame la muerte; me harías un favor. ¡Déjame salir de esta situación insoportable!».


lo libró de todas sus angustias y le concedió el favor del faraón, rey de Egipto. Además, lo dotó de tal sabiduría que el faraón lo nombró gobernador de todo Egipto y encargado de los asuntos del palacio real.


―Gracias, señor —contestó ella—, tú has sido bondadoso conmigo, aunque ni siquiera soy una de tus trabajadoras.


y le mandó el siguiente recado a Isaí: «Deja que David se quede conmigo, porque me agrada».


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí