Pero, debido a que el faraón llevó a Saray a su palacio, el Señor lo castigó a él y a su familia con terribles enfermedades.
Génesis 20:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Entonces Abraham oró por Abimélec. Y Dios sanó a Abimélec, a su esposa y a sus siervas, y les permitió tener hijos, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces Abraham oró a Dios; y Dios sanó a Abimelec y a su mujer, y a sus siervas, y tuvieron hijos. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Abraham oró a Dios, y Dios sanó a Abimelec, a su esposa y a sus siervas para que pudieran tener hijos. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces Abrahán oró por Abimelec, y Dios curó a Abimelec, a su esposa y a sus esclavos, a fin de que pudieran tener hijos. La Biblia Textual 3a Edicion Y Abraham oró a ’Elohim, y ’Elohim sanó a Abimelec, y a su mujer y a sus siervas, las cuales tuvieron hijos, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Rogó Abrahán a Dios; y Dios sanó a Abimélec, a su mujer y a sus siervas, para que pudieran tener hijos; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Abraham oró a Dios; y Dios sanó a Abimelec y a su esposa, y a sus siervas, y tuvieron hijos. |
Pero, debido a que el faraón llevó a Saray a su palacio, el Señor lo castigó a él y a su familia con terribles enfermedades.
Ahora devuélvela a su marido y él orará por ti, porque es profeta, y vivirás. Pero si no la devuelves, entonces, morirás tú junto con todos los de tu casa.
Jacob no amaba a Lea, y cuando vio esto el Señor permitió que Lea tuviera hijos; pero a Raquel no se lo permitió.
Así los judíos podrán ofrecer sacrificios aceptables al Dios del cielo, y orar por mí y por mis hijos.
Ahora tomen siete becerros y siete carneros; vayan a mi siervo Job y presenten una ofrenda quemada en expiación por ustedes; y mi siervo Job orará por ustedes, y yo aceptaré su oración en favor suyo, y no los destruiré como debería hacerlo por su pecado, porque no han hablado rectamente respecto a mi siervo Job».
El Señor está lejos de los malos, pero escucha las oraciones de los justos.
El Señor detesta las ofrendas de los malvados, pero se deleita en las oraciones del justo.
El Señor, el Santo de Israel, el Creador de Israel, dice: ¿Quién eres tú para darme órdenes respecto de la obra de mis manos?
El pueblo acudió a Moisés y llorando le dijo: ―Hemos pecado, al hablar contra el Señor y contra ti. Ora y pídele que eche de aquí estas serpientes. Moisés entonces oró por el pueblo, y
»Pidan y se les concederá lo que pidan. Busquen y hallarán. Toquen y se les abrirá la puerta.
»Todos los profetas, desde los días de Samuel en adelante, hablaron de lo que está sucediendo hoy en día.
No se angustien por nada; más bien, oren; pídanle a Dios en toda ocasión y denle gracias.
Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.