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Gálatas 4:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Hermanos, sean como yo, porque yo me he identificado con ustedes. Ustedes no me han ofendido en nada.

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Biblia Reina Valera 1960

Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, porque yo también me hice como vosotros. Ningún agravio me habéis hecho.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Amados hermanos, les ruego que vivan como yo, libres de esas cosas, pues yo llegué a ser como ustedes, los gentiles, libre de esas leyes. Ustedes no me trataron mal cuando les prediqué por primera vez.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Les ruego, hermanos, que me imiten a mí como yo me hice semejante a ustedes. Siempre me han tratado bien.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Hermanos, os ruego, sed como yo, porque yo también soy como vosotros; no me hicisteis ningún agravio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Os lo suplico, hermanos: sed como yo, que también yo me hice como vosotros. En nada me habéis ofendido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Os ruego, hermanos, que seáis como yo; porque yo soy como vosotros: Ningún agravio me habéis hecho.

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Gálatas 4:12
13 Tagairtí Cros  

Ahora bien, si ustedes aceptan que todo varón entre ustedes se circuncide, entonces podremos darles nuestras hijas para que se casen con ellas. Además, nuestros hijos podrían casarse con las hijas de ustedes. Esa es la condición que les ponemos. Entonces nos quedaremos a vivir con ustedes y formaremos un solo pueblo.


Entonces se dirigió a Josafat, y le preguntó: ―¿Pelearemos juntos para recobrar la ciudad de Ramot de Galaad? El rey Josafat de Judá le respondió: ―Desde luego. Tú y yo somos hermanos; mi pueblo está a tus órdenes, y mis caballos están a tu servicio.


El caso es que ellos han oído decir que te opones a que los judíos que viven entre los gentiles obedezcan la ley de Moisés y que prohíbes que circunciden a sus niños.


Aquel hombre, el causante de tanta tristeza, no me la causó sólo a mí sino también a ustedes, aunque yo exagere.


Queridos hermanos corintios, les hemos hablado con entera franqueza; les hemos abierto nuestro corazón.


Les estoy hablando ahora como si fueran mis propios hijos. ¡Correspondan al amor que les ofrezco!


Ante ello, y comprendiendo que no estaban actuando rectamente, conforme a la integridad del evangelio, le dije a Pedro delante de los demás: «Tú, que eres judío, has estado portándote como si no lo fueras. ¿A qué viene ahora que, de pronto, te pongas a decirles a estos gentiles que deben vivir como si fueran judíos?


Temo por ustedes. ¡Temo que mi trabajo entre ustedes haya sido inútil!


Ustedes bien saben cómo me acogieron la primera vez que les prediqué el evangelio, aun cuando entonces estaba enfermo.


En cuanto a mí, ¡Dios me libre de jactarme de otra cosa que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo! Por él, el mundo fue crucificado para mí, y yo para el mundo.


Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con cada uno de ustedes. Así sea.