En vez de lluvia envió mortal granizo, y los rayos sobrecogieron a la nación.
Éxodo 9:24 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 La escena fue tan horrible que no se puede describir. Jamás en la historia de Egipto había habido una tormenta similar. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Hubo, pues, granizo, y fuego mezclado con el granizo, tan grande, cual nunca hubo en toda la tierra de Egipto desde que fue habitada. Biblia Nueva Traducción Viviente Nunca en toda la historia de Egipto hubo una tormenta igual, con rayos sin parar y con un granizo tan devastador. Biblia Católica (Latinoamericana) Caía el granizo y, junto a él, caía fuego; cayó tan fuerte como jamás se había visto desde que se fundó aquel país. La Biblia Textual 3a Edicion Hubo así granizo y fuego° que relampagueaba en medio del granizo, tan fuerte como nunca hubo en toda la tierra de Egipto desde que había llegado a ser nación. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Granizó y cayeron rayos en medio del granizo. Tan intensa fue la granizada que no hubo otra igual en todo el país de Egipto desde que se constituyó en nación. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Hubo, pues, granizo, y fuego mezclado con el granizo, tan grande, cual nunca hubo en toda la tierra de Egipto desde que vino a ser una nación. |
En vez de lluvia envió mortal granizo, y los rayos sobrecogieron a la nación.
El Señor tronó en los cielos; el Dios que está sobre todos los dioses ha hablado: ¡Qué de granizo! ¡Qué de fuego!
Estarán en tu palacio, en las casas de tus funcionarios y en todas las casas de Egipto. Jamás en la historia de Egipto ha habido una plaga como esta”. Tan pronto acabó de hablar, Moisés dio media vuelta y se retiró.
También dile que mañana, a esta hora, enviaré una tormenta de granizo que azotará a toda la nación como jamás ha sido azotada.
Todo Egipto quedó en ruinas. Todo cuanto había en los campos, hombres y animales por igual, murieron, y los árboles quedaron destrozados y las cosechas arruinadas.
Y el Señor hará oír su majestuosa voz y descargará su potente brazo sobre sus enemigos con gran indignación, con llamas consumidoras, torbellinos, tremendas tormentas e inmensos granizos.
Yo vi en una visión una gran tormenta acercándose hacia mí desde el norte, y delante de ella una enorme nube que resplandecía con fuego, desde adentro de la cual continuamente salían llamaradas, y en el fuego mismo había algo que brillaba como el bronce pulido.
Sí, seguro que caerá. El Señor dice: “¡Yo la derribaré con una tormenta de indignación y un gran aguacero de enojo y con piedras de granizo de cólera!
porque como la persecución que entonces se desatará no se habrá desatado ninguna en la historia, ni se desatará después.