Debido a la nube, los sacerdotes no pudieron quedarse para celebrar el culto, pues la gloria del Señor llenaba todo el templo.
Éxodo 29:43 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Allí me reuniré con el pueblo de Israel, y el santuario será santificado por mi gloria. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Allí me reuniré con los hijos de Israel; y el lugar será santificado con mi gloria. Biblia Nueva Traducción Viviente Me reuniré allí con el pueblo de Israel, en el lugar que se hace sagrado por mi gloriosa presencia. Biblia Católica (Latinoamericana) Allí me encontraré con los hijos de Israel; mi propia Gloria santificará este lugar. La Biblia Textual 3a Edicion Y allí me reuniré con los hijos de Israel, y el lugar será santificado con mi gloria. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Allí me encontraré con los israelitas y el lugar será consagrado por mi gloria. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y allí me encontraré con los hijos de Israel, y el tabernáculo será santificado con mi gloria. |
Debido a la nube, los sacerdotes no pudieron quedarse para celebrar el culto, pues la gloria del Señor llenaba todo el templo.
los trompetistas y los cantores comenzaron a alabar y a dar gracias al Señor, acompañados de trompetas, címbalos y demás instrumentos musicales. Y cuando entonaron a una voz el coro: «Den gracias al Señor, porque él es bueno, y su amor y su bondad son para siempre», una nube cubrió el templo del Señor. Debido a esta nube, los sacerdotes no pudieron continuar la ceremonia.
Y me encontraré contigo allí, y conversaré contigo exactamente entre los dos querubines; y el cofre contendrá las leyes de mi pacto. Allí te diré los mandamientos que he promulgado para el pueblo de Israel.
»Esta será una ofrenda diaria que me ofrecerán todos los israelitas, a través de todas sus generaciones. Me la ofrecerán a la entrada del santuario, que es el lugar donde me encontraré contigo y te hablaré.
Yo santificaré el santuario y el altar, y a Aarón y a sus hijos, que son mis ministros, mis sacerdotes.
Entonces la nube cubrió el santuario, y la gloria del Señor lo llenó.
Moisés no pudo entrar a causa de la nube que estaba allí, y de la gloria del Señor que llenaba el santuario.
¡Levántense moradores de Jerusalén! ¡Resplandezca la luz de Sion para que la vean todas las naciones! Porque de ustedes fluye la gloria del Señor.
Luego el Espíritu me alzó y me trajo al patio interior; y la presencia majestuosa del Señor llenó el templo.
Además el pueblo deberá presentarle al Señor, como ofrenda de paz, un toro y un carnero, y una ofrenda de harina de la mejor calidad mezclada con aceite de oliva. Porque hoy se les aparecerá el Señor».
Moisés les dijo: «Si ustedes cumplen con todo lo que el Señor les ha pedido, entonces él les mostrará su gloria».
Presten atención a lo que el Señor Todopoderoso dice: «Yo enviaré a mi mensajero delante de mí, para que me prepare el camino. Entonces el Señor, a quien buscan, vendrá repentinamente a su templo. Sí, vendrá primero el mensajero que anuncia la alianza de Dios, a quienes ustedes desean».
Así que todos nosotros, con el rostro descubierto, reflejamos la gloria del Señor como si fuéramos espejos. Y el Espíritu del Señor nos va transformando de gloria en gloria, y cada vez nos parecemos más a él.
Porque Dios, que dijo: «Resplandezca la luz en las tinieblas», hizo brillar su luz en nuestros corazones y nos ha hecho comprender que es el resplandor de su gloria lo que brilla en el rostro de Cristo.
Sí, amados míos, ahora somos hijos de Dios, y no podemos ni siquiera imaginarnos lo que vamos a ser después. Pero de algo estamos ciertos: que cuando él venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como es.