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Éxodo 40:35 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

35 Moisés no pudo entrar a causa de la nube que estaba allí, y de la gloria del Señor que llenaba el santuario.

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Biblia Reina Valera 1960

35 Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 Moisés no podía entrar en el tabernáculo, porque la nube se había posado allí, y la gloria del Señor llenaba el tabernáculo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 Moisés ya no podía entrar en la Tienda de las Citas, pues la Nube descansaba sobre ella y la Gloria de Yavé llenaba la Morada.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 Y Moisés no podía entrar en la Tienda de Reunión porque la nube se había instalado sobre ella, y la gloria de YHVH había llenado el Tabernáculo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 de suerte que no podía entrar Moisés en la tienda del encuentro, porque sobre ella posaba la nube, y la gloria de Yahveh llenaba el santuario.

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Éxodo 40:35
15 Tagairtí Cros  

Y cuando los sacerdotes salieron del Lugar Santo, una nube brillante llenó el templo del Señor.


Debido a la nube, los sacerdotes no pudieron quedarse para celebrar el culto, pues la gloria del Señor llenaba todo el templo.


Y la gloria del Señor llenó el templo del Señor de tal manera que los sacerdotes no podían entrar.


Mientras Aarón les hablaba, apareció repentinamente del desierto, de dentro de la nube que los guiaba, la majestuosa gloria del Señor.


Allí me reuniré con el pueblo de Israel, y el santuario será santificado por mi gloria.


Entonces el Señor dará sombra a toda Jerusalén, a cada hogar y a los sitios públicos. Les dará un dosel de humo y nube durante todo el día y nube de fuego por la noche, que cubran la Tierra Gloriosa


El que es alto y excelso y habita la eternidad, aquel cuyo nombre es santo, dice así: Yo moro en aquel elevado y santo sitio, pero también estoy donde habitan los pobres y los afligidos, y a ellos les doy ánimo y aliento.


¡Qué tremendo canto! Hizo temblar el templo hasta sus cimientos, y súbitamente todo el santuario se llenó de humo.


Luego la magnífica presencia del Señor se alzó desde los querubines, donde estaba asentada, y se trasladó a la puerta del templo. El templo estaba lleno de la magnífica presencia, que se veía como una nube, y el atrio del templo se llenó también del esplendor de la magnífica presencia del Señor.


Y la presencia majestuosa del Señor entró en el templo por la puerta que daba al oriente.


le dijo el Señor a Moisés: «Adviértele a tu hermano Aarón que no puede entrar en cualquier momento al Lugar Santísimo, que está detrás de la cortina, donde se encuentra el cofre del pacto cubierto con el propiciatorio. El castigo por hacerlo es la muerte. Porque yo mismo estoy presente en la nube que está sobre el propiciatorio.


Cuando Moisés entraba en el santuario para hablar con Dios, oía la voz que le hablaba desde encima del propiciatorio que estaba sobre el cofre, entre los dos querubines.


El día en que se erigió el santuario, la nube lo cubrió; y por la noche la nube se transformó en fuego y se mantuvo así durante toda la noche.


Entonces, el templo se llenó del humo de la gloria y del poder de Dios; y nadie podía entrar allí mientras los siete ángeles no hubieran terminado de derramar las siete plagas.


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