Los hijos de Amirán fueron Aarón y Moisés. Aarón y sus hijos fueron apartados para el santo servicio de sacrificar las ofrendas del pueblo para el Señor, para quemar el incienso, y para bendecir al pueblo en nombre del Señor.
Éxodo 28:36 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 »Además, harás una lámina de oro puro y grabarás en ella: dedicado al Señor, como se hace con un sello. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Harás además una lámina de oro fino, y grabarás en ella como grabadura de sello, SANTIDAD A JEHOVÁ. Biblia Nueva Traducción Viviente »Luego haz un medallón de oro puro y grábalo como un sello con las palabras Santo para el Señor. Biblia Católica (Latinoamericana) Harás también una lámina de oro fino, en la cual mandarás grabar como se graba en los sellos: 'Consagrado a Yavé. La Biblia Textual 3a Edicion Harás además una plancha de oro puro, y grabarás en ella como se graba un sello: Santidad para YHVH, Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Harás una lámina de oro puro, y grabarás en ella como se graba en los sellos: 'Consagrado a Yahveh'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Harás además una plancha de oro fino, y grabarás en ella grabadura de sello, SANTIDAD A JEHOVÁ. |
Los hijos de Amirán fueron Aarón y Moisés. Aarón y sus hijos fueron apartados para el santo servicio de sacrificar las ofrendas del pueblo para el Señor, para quemar el incienso, y para bendecir al pueblo en nombre del Señor.
Tus reales decretos no cambian. La santidad, Señor, es lo que hace a tu reino diferente.
Cuando graben estos nombres, deberán usar la misma técnica que se usa para hacer un sello, y montarán las piedras en oro.
Aarón usará el efod siempre que entre a servir delante del Señor. Las campanillas sonarán cada vez que él entre y salga de la presencia del Señor en el Lugar Santo, para que no muera.
Esta lámina estará atada con una cinta morada a la parte delantera de la mitra. Aarón la llevará siempre sobre la frente, para que el Señor acepte las ofrendas de los israelitas, pues él cargará con los pecados que el pueblo cometa al presentar sus ofrendas. Así el Señor les perdonará y aceptará sus ofrendas.
Tomarán dos piedras de ónice y grabarán en ellas los nombres de las tribus de Israel.
Finalmente, hicieron la lámina santa, de oro puro, para ponerla en la parte frontal de la mitra, en la que se grabaron las palabras: «dedicado al Señor».
Fue unida a la mitra con un cordón azul, tal como el Señor lo había ordenado.
Sin embargo ¡día lejano vendrá en que sus negocios rendirán fruto para el Señor! No estarán atesorados, sino que entonces se emplearán para obtener buen alimento y fina ropa para los sacerdotes del Señor.
Y esta es la ley básica del templo: ¡Exclusividad! ¡Toda la parte superior de la colina donde está construido el templo es exclusiva! ¡Sí, esta es la ley principal!».
Moisés le dijo a Aarón: «Esto es lo que el Señor quiso decir cuando declaró: “Me santificaré entre los que se acercan a mí y seré glorificado delante de todo el pueblo”». Aarón, permaneció en silencio.
que le dijera al pueblo de Israel: «Sean santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo. »Respeten a su padre y a su madre, y obedezcan mis leyes sobre el descanso, porque yo soy el Señor su Dios.
Luego colocó la mitra en la cabeza de Aarón, y sobre la mitra puso la lámina de oro, la diadema santa, tal como Dios se lo había ordenado.
»En aquel día habrá la siguiente inscripción en las campanillas de los caballos: “Consagrado al Señor”. Las ollas que se usan en el templo del Señor serán consideradas tan especiales y de uso exclusivo como las copas que se usan para esparcir la sangre frente al altar del sacrificio, en el templo.
Busquen la paz con todos y lleven una vida santa, pues sin santidad nadie verá al Señor.
Era provechoso para nosotros tener un sumo sacerdote así como él: santo, sin maldad, intachable, apartado de los pecadores y elevado más alto que el cielo.
Pero ustedes son una familia escogida, son sacerdotes reales y son una nación santa. Son un pueblo que Dios compró para que anuncien sus obras extraordinarias; él fue quien los llamó de las tinieblas a su luz maravillosa.
No entrará en ella nada impuro, ni los idólatras ni los mentirosos; solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.