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Éxodo 22:31 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

»Y por cuanto ustedes son mi pueblo especial, no comerán la carne de ningún animal que haya sido atacado y muerto por una bestia salvaje. Esa carne se la echarán a los perros.

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Biblia Reina Valera 1960

Y me seréis varones santos. No comeréis carne destrozada por las fieras en el campo; a los perros la echaréis.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Ustedes tienen que ser mi pueblo santo. Por eso, no coman ningún animal que haya sido muerto y despedazado por animales salvajes. Échenselo a los perros.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y me seréis hombres santos, y no comeréis carne despedazada° en el campo; a los perros la echaréis.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y habéis de serme varones santos: y no comeréis carne arrebatada de las fieras en el campo; a los perros la echaréis.

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Éxodo 22:31
14 Tagairtí Cros  

Y que algunos hombres de Israel se habían casado con mujeres de estas naciones paganas. De modo que el pueblo santo de Dios se estaba contaminando mediante estos matrimonios mixtos, y algunos de los jefes políticos del pueblo eran los primeros en dar mal ejemplo.


Luego yo dije: «Oh Señor Dios, ¿por qué debo yo contaminarme empleando excrementos? Yo nunca antes he estado contaminado en toda mi vida. Desde que era niño hasta ahora, jamás he comido ningún animal que haya muerto enfermo o que haya encontrado lastimado o muerto, y nunca he comido de las clases de animales que nuestra ley prohíbe».


Los sacerdotes nunca podrán comer de cualquier ave o animal que muera de muerte natural o después de ser atacado por otros animales.


que le dijera al pueblo de Israel: «Sean santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo. »Respeten a su padre y a su madre, y obedezcan mis leyes sobre el descanso, porque yo soy el Señor su Dios.


Por tanto, harán distinción entre las aves y animales impuros que no pueden comer y los que sí pueden comer. No se contaminen ustedes mismos ni se hagan odiosos delante de mí, comiendo animales o aves que yo les haya prohibido, aunque la tierra esté llena de ellos.


No puede comer animales que sean encontrados muertos o que hayan sido destrozados por animales salvajes, porque esto lo contaminaría. Yo soy el Señor.


La grasa de un animal que muere enfermo, o que es atacado y muerto por animales salvajes, se puede usar para otros propósitos pero no se comerá.


―¡Señor, no! —exclamó Pedro—. Jamás he comido animales impuros o inmundos.


Pero mandémosles a decir por carta que se abstengan de comer las carnes sacrificadas a los ídolos, de los vicios sexuales y de comer carnes de animales sin desangrar o ahogados,


»No comerás lo que ha muerto de muerte natural. Sin embargo el extranjero puede hacerlo. Puedes dárselo y vendérselo; pero no comas tú de ello, porque tú eres santo delante del Señor tu Dios. »No cocerás el cabrito en la leche de su madre.