Cierto día en que los ángeles se presentaron ante el Señor, acudió también con ellos el ángel acusador.
Daniel 3:25 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ―¡Pero miren!, gritó el rey Nabucodonosor, ¡yo estoy viendo cuatro hombres sueltos, paseándose en medio del fuego, y ni siquiera han sufrido daño de las llamas! ¡Y el cuarto se parece a un dios! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. Biblia Nueva Traducción Viviente —¡Miren! —gritó Nabucodonosor—. ¡Yo veo a cuatro hombres desatados que caminan en medio del fuego sin sufrir daño! ¡Y el cuarto hombre se parece a un dios! Biblia Católica (Latinoamericana) De pie, en medio del fuego, Azarías abrió la boca y oró de esta manera: La Biblia Textual 3a Edicion Pero él repondió: ¡Mirad! Estoy viendo a cuatro varones sueltos que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño, y el aspecto del cuarto es semejante a un hijo de los dioses.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Azarías, puesto de pie en medio de las llamas, abrió sus labios y oró así: Biblia Reina Valera Gómez (2023) Respondió él y dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego, y ningún daño hay en ellos; y el parecer del cuarto es semejante al Hijo de Dios. |
Cierto día en que los ángeles se presentaron ante el Señor, acudió también con ellos el ángel acusador.
Porque el ángel del Señor acampa alrededor de todos los que le temen y los libra.
¿Quién ha subido y bajado del cielo? ¿Quién retiene el viento en su puño o envuelve el mar en su manto? ¿Quién ha establecido los límites de la tierra? ¿Quién sabe su nombre y el de su hijo? Dímelo si lo sabes.
Cuando pases por aguas profundas de gran tribulación, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos no te ahogarás. Cuando pases por fuego no te quemarás, las llamas no te consumirán.
Van a intentar acabar contigo, pero fracasarán porque yo estoy contigo, dice el Señor. Yo te libraré.
Y no le tengas miedo al pueblo, porque yo, el Señor, estaré contigo y te libraré en caso de peligro.
Sí, sin falta te libraré de estos malvados y te rescataré de sus despiadadas manos.
Y aunque no lo hiciera, Su Majestad debe entender que nunca honraremos a sus dioses ni rendiremos homenaje a su estatua.
Pero de pronto, asombrado Nabucodonosor, se levantó a toda prisa y preguntó a sus consejeros: ―¿No atamos y arrojamos a tres hombres al horno? Ellos le respondieron: ―Así es, Su Majestad.
Entonces Nabucodonosor dijo: «Digno de todo elogio sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, pues envió su ángel para librar a sus servidores que confiaron en él y desobedecieron la orden del rey, y estaban dispuestos a morir antes que servir o rendir homenaje a cualquier dios que no fuera el de ellos.
El rey se puso muy contento y ordenó que Daniel fuera sacado del foso. Y no se encontró siquiera un rasguño en él, porque había confiado en su Dios, quien lo protegió.
tomarán en sus manos serpientes, cuando beban algo venenoso, no les hará daño, pondrán las manos sobre los enfermos y estos sanarán».
El ángel le contestó: ―El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por lo tanto, al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios.
Pero Pablo sacudió la mano y la víbora cayó al fuego y a él no le pasó nada.
pero al resucitar de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo, probó ser el Hijo de Dios.
¿Quién les va a hacer mal si ustedes se esfuerzan siempre en hacer el bien?