Al día siguiente, al acordarse de los sueños se sintió bastante preocupado por lo que pudieran significar. Así que llamó a todos los magos y sabios de Egipto, y les contó los sueños. Pero ninguno pudo ni siquiera dar una idea de lo que significaban.
Daniel 2:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Inmediatamente llamó a todos sus magos, encantadores, hechiceros y astrólogos, y les demandó le dijeran el significado de su sueño. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que le explicasen sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante del rey. Biblia Nueva Traducción Viviente Mandó llamar a sus magos, brujos, hechiceros y astrólogos, y les exigió que le dijeran lo que había soñado. Cuando se presentaron ante el rey, Biblia Católica (Latinoamericana) El rey ordenó convocar a los magos, adivinos, brujos y astrólogos para que le explicaran el sueño que había tenido; vinieron y se presentaron ante el rey. La Biblia Textual 3a Edicion Hizo llamar el rey a los magos, astrólogos, hechiceros y caldeos,° para que interpretaran el sueño del rey. Vinieron pues y se presentaron ante el rey, Biblia Serafín de Ausejo 1975 El rey mandó llamar a los magos y adivinos, a los hechiceros y a los caldeos, para que le explicaran aquel sueño. Vinieron, pues, y se presentaron ante el rey. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el rey mandó llamar a los magos, los astrólogos, los encantadores y a los caldeos, para que declarasen al rey sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante del rey. |
Al día siguiente, al acordarse de los sueños se sintió bastante preocupado por lo que pudieran significar. Así que llamó a todos los magos y sabios de Egipto, y les contó los sueños. Pero ninguno pudo ni siquiera dar una idea de lo que significaban.
Entonces consultó a hombres expertos en las leyes y la justicia del imperio en cuanto a lo que debía hacer, pues siempre acostumbraba tratar con ellos todos los asuntos que tenían que ver con su reino. Estos hombres eran Carcena, Setar, Admata, Tarsis, Meres, Marsená y Memucán. Estos siete hombres eran jefes de Persia y Media, y tenían puestos muy importantes en el reino, pues formaban parte del consejo real. ―¿Qué debo hacer? —les preguntó—. ¿Qué castigo contempla la ley para una reina que se niega a obedecer la orden del rey, enviada por medio de sus servidores?
Pero el faraón llamó a sus encantadores, los magos de Egipto, y ellos hicieron lo mismo mediante sus artes mágicas.
Sus sabios consejeros ya no hallan qué hacer. Piden sabiduría a sus ídolos, consultan a médium, hechiceros y brujas para que los orienten.
¿Por qué, pues, procuran averiguar el futuro consultando a brujas y médium? No escuchen sus bisbiseos y murmullos. ¿Podrán los vivos obtener de los muertos la revelación del futuro? ¿Por qué no se lo preguntan a su Dios?
Y en todos los asuntos que requerían información adecuada y juicio equilibrado, el rey encontró que el consejo de estos jóvenes era diez veces mejor que el de los magos y agoreros de su reino.
«Escoge muchachos fuertes, sanos y de buen parecer, le dijo, que tengan una amplia cultura; jóvenes bien educados, inteligentes, despiertos, sensatos y capaces de servir en el palacio. Enséñales a estos jóvenes la lengua y la literatura de los babilonios».
Los astrólogos respondieron al rey: ―¡No hay nadie en la tierra que pueda decirle a Su Majestad lo que soñó! ¡Y no hay rey, por grande y poderoso que sea, que pediría semejante cosa a ningún mago, hechicero o astrólogo!
Daniel respondió: ―Ningún sabio, astrólogo, mago o adivino puede descubrir al rey tales cosas,
¡Las muestras de su poder son maravillosas! ¡Su reino es para siempre! ¡Él gobierna en todas las generaciones!
Yo mandé traer ante mi presencia a todos los sabios de Babilonia para que me dijeran el significado de mi sueño,
―¡Traigan a los magos, adivinos y astrólogos!— gritó. Les dijo esto a los sabios de Babilonia: —¡El que pueda leer esa escritura sobre la pared, y descifrar lo que significa, será vestido con la ropa púrpura de la realeza; se le pondrá en el cuello una cadena de oro, y será el tercero en la jerarquía de mi reino!
Los filisteos llamaron a sus sacerdotes y adivinos y les preguntaron: ―¿Qué haremos con el cofre del Señor? ¿De qué manera podemos devolverlo a su tierra?