Cantares 8:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Te llevaría de la mano al hogar de mi infancia, y allí me enseñarías. Yo te daría a beber vino con especias, dulce vino de granada. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Yo te llevaría, te metería en casa de mi madre; Tú me enseñarías, Y yo te haría beber vino Adobado del mosto de mis granadas. Biblia Nueva Traducción Viviente Te llevaría al hogar de mi infancia, y allí tú me enseñarías. Te daría a beber vino con especias, mi dulce vino de granada. Biblia Católica (Latinoamericana) Te llevaría a la casa de mi madre,
a la habitación de la que me concibió.
Te daría a beber vino fragante
y un licor hecho de granada. La Biblia Textual 3a Edicion Te guiaría, te metería en la casa de mi madre, Tú me enseñarías, Y yo te daría a beber vino aromatizado Con el mosto de mis granadas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yo de guía, habría de llevarte a la casa de la madre y tú me enseñarías. Te daría a beber vino aromático y jugo de granadas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Yo te llevaría, te metería en la casa de mi madre, que me enseñaba; te daría a beber vino sazonado del mosto de mis granadas. |
Un poco más tarde lo hallé, lo retuve y no lo dejé ir hasta llevarlo al hogar de mi madre, a la alcoba donde ella me concibió.
Cuán dulce es tu amor, amada mía, novia mía, Cuánto mejor que el vino. Más fragante es el perfume de tu amor que las más ricas especias.
Madruguemos para salir a las viñas a ver si han retoñado, si los capullos se han abierto, y si los granados están en flor. Y allí te entregaré mi amor.
y tus besos tan embriagantes como el mejor vino, que resbala suavemente por labios y dientes.
¡Cómo quisiera que fueras mi hermano! Entonces podría besarte aunque nos vieran, y nadie se burlaría de mí.
»Ustedes estudian con cuidado las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida eterna. Y son ellas las que hablan de mí.
Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, y estas te pueden dar la sabiduría que se necesita para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.
Así comprobamos el cumplimiento de las profecías, y ustedes hacen bien en examinarlas cuidadosamente. Ellas son como antorchas que disipan la oscuridad, hasta que el día esclarezca y la estrella de la mañana brille en sus corazones.
Entonces me postré a sus pies para adorarlo, pero me dijo: «¡No! ¡No lo hagas! Soy un siervo al igual que tú y tus hermanos que proclaman fielmente su fe en Jesús. Adora sólo a Dios. El propósito de las profecías es dar testimonio de Jesús».