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Apocalipsis 19:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Después de esto escuché que una multitud inmensa gritaba a viva voz en el cielo: «¡Aleluya! ¡La gloria, el poder y la salvación proceden de nuestro Dios!,

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Biblia Reina Valera 1960

Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Después de esto, oí algo en el cielo que parecía las voces de una inmensa multitud que gritaba: «¡Alabado sea el Señor! La salvación, la gloria y el poder le pertenecen a nuestro Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Después oí en el cielo algo como el canto de un inmenso gentío, que decía: ¡Aleluya! ¿Quién salva y quién tiene gloria y poder sino nuestro Dios?

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La Biblia Textual 3a Edicion

Después de estas cosas, oí como la voz de una gran° multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! La salvación°, y la gloria y el poder son de nuestro Dios,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Después de esto oí un gran clamor en el cielo, como de numerosa muchedumbre, que decía: '¡Aleluya! La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y después de estas cosas oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder al Señor nuestro Dios.

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Apocalipsis 19:1
23 Tagairtí Cros  

Tuyos son la grandeza y el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Todo cuanto hay en los cielos y en la tierra es tuyo. También el reino te pertenece, y tienes el control de todo lo que existe.


Desaparezcan de la tierra todos los pecadores; que los malvados desaparezcan para siempre. ¡Alaba, alma mía, al Señor! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!


¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! ¡Qué bueno eres! Tu amor hacia nosotros es eterno.


¡Aleluya! Agradeceré al Señor con todo mi corazón en compañía de los rectos.


pero nosotros sí, nosotros lo alabamos para siempre. ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!


¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Alaba alma mía al Señor.


¡Alaben al Señor desde los cielos! ¡Alaben al Señor desde las alturas!


¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Canten al Señor un cántico nuevo. Canten sus alabanzas en la comunidad de los fieles.


¡Aleluya! Alaben a Dios en su santuario, alábenlo en la enormidad del firmamento.


La salvación viene de Dios. Envía su bendición a todo su pueblo.


Una cosa ha dicho Dios, y dos veces lo he escuchado: Que el poder, oh Dios, solo a ti te pertenece;


El cielo y la tierra se alegrarán cuando del norte vengan ejércitos destructores contra Babilonia, dice el Señor.


»Pero yo para siempre te rendiré homenaje y te ofreceré sacrificios rituales en agradecimiento por lo que has hecho por mí. Cumpliré las promesas que te hice. ¡Solamente el Señor me puede salvar!».


No nos metas en tentación, mas líbranos del mal, porque tuyo es el reino, el poder y la gloria para siempre. Amén”.


El séptimo ángel tocó la trompeta, y varias voces potentísimas gritaron desde el cielo: «El reino de este mundo pertenece ahora a nuestro Señor y a su Cristo; y él reinará para siempre».


Escuché entonces que una potente voz proclamaba en el cielo: «¡Al fin llegó la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo!, porque el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche ante Dios, ha sido expulsado del cielo.


Entonces escuché algo así como las voces de una gran multitud o el estruendo de una catarata, o como el retumbar de grandes truenos. Y aquella voz gritaba: «¡Alabado sea Dios! ¡El Señor, nuestro Dios Todopoderoso, reina!