pero entonces quedó viuda y ahora ya tenía ochenta y cuatro años de edad. Nunca salía del templo; se pasaba noche y día adorando a Dios con ayunos y oraciones.
2 Timoteo 1:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ¡Siempre doy gracias a Dios por ti, Timoteo! De día y de noche elevo oraciones por ti al Dios de mis antepasados. A él le sirvo con la conciencia limpia. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; Biblia Nueva Traducción Viviente Timoteo, doy gracias a Dios por ti, al mismo Dios que sirvo con la conciencia limpia tal como lo hicieron mis antepasados. Día y noche te recuerdo constantemente en mis oraciones. Biblia Católica (Latinoamericana) Doy gracias a Dios, a quien sirvo con conciencia limpia como mis antepasados, cuando constantemente te recuerdo en mis oraciones noche y día. La Biblia Textual 3a Edicion Doy gracias a Dios, a quien sirvo desde mis antepasados con limpia conciencia, de cómo sin cesar tengo memoria de ti en mis oraciones, noche y día; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Doy gracias a Dios, a quien rindo culto, como mis antepasados, con conciencia pura, cuando te encomiendo incesantemente en mis oraciones día y noche. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Doy gracias a Dios, a quien sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; |
pero entonces quedó viuda y ahora ya tenía ochenta y cuatro años de edad. Nunca salía del templo; se pasaba noche y día adorando a Dios con ayunos y oraciones.
«Yo soy judío. Nací en Tarso de Cilicia, pero me crie en esta ciudad. Gamaliel fue mi maestro y él me enseñó la ley de nuestros antepasados. Me esforcé porque se honrara a Dios como lo hace cualquiera de ustedes hoy día.
Pablo miró fijamente a los del Consejo y les dijo: ―Hermanos, hasta hoy yo tengo la conciencia tranquila por la forma en la que he actuado delante de Dios.
»Pero esto sí confieso: que adoro al Dios de nuestros antepasados y que sigo este Camino que los que me acusan llaman secta. Yo estoy de acuerdo con todo lo que enseña la ley y creo lo que está escrito en los profetas.
Por eso trato de que mi conciencia esté siempre limpia delante de Dios y de los hombres.
»Todos los judíos saben cómo he vivido desde que era un niño, en mi país y también en Jerusalén.
Anoche se me apareció un ángel de Dios, el Dios al que sirvo y al que pertenezco.
Les digo la verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia, guiada por el Espíritu Santo, me confirma que esto es verdad.
Con gran satisfacción y sinceridad podemos afirmar que siempre hemos dependido de la gracia del Señor y no de nuestra sabiduría y que siempre hemos sido puros y sinceros en el mundo, especialmente en cuanto a la forma en que nos hemos comportado con ustedes.
Yo era el más ferviente de mis contemporáneos de mi misma edad, y trataba por todos los medios de cumplir con las reglas tradicionales de mis antepasados.
no he cesado de recordarlos y dar gracias a Dios por ustedes. Pido constantemente a Dios, el glorioso Padre de nuestro Señor Jesucristo, que les dé sabiduría y revelación, por medio de su Espíritu, para que lo conozcan mejor.
Día y noche le suplicamos que nos permita volver a verlos para completar lo que le falta a su fe.
Aférrate a la fe en Cristo y conserva limpia tu conciencia. Hay quienes desobedecen la voz de su conciencia y han naufragado en la fe.
Sigue haciéndolo, para que el amor proceda de un corazón limpio, de una conciencia buena y de una fe sincera.
La viuda que ha quedado enteramente sola, acude a Dios en busca de ayuda y pasa día y noche en oración y súplica.
¿Cómo he de olvidar la sinceridad de tu fe, que es como la que animó a tu madre Eunice y a tu abuela Loida? Estoy seguro de que es así.
Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, y estas te pueden dar la sabiduría que se necesita para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.
En cuanto a mí, lejos esté de mí el pecar contra el Señor dejando de orar por ustedes. Yo les seguiré enseñando lo que es bueno y correcto.