Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




2 Corintios 11:15 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

¡No es extraño que sus siervos se disfracen como gente que hace el bien! ¡Un día recibirán el castigo que por sus perversas obras merecen!

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que no es de sorprenderse que los que lo sirven también se disfracen de siervos de la justicia. Al final, recibirán el castigo que sus acciones perversas merecen.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

no es mucho que sus servidores se disfracen también de servidores del bien. Pero su fin será el que se merecen sus obras.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Así que, no es muy extraño° si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia, el fin de los cuales será conforme a sus obras.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

No es mucho, pues, que también sus servidores se disfracen de servidores de la justicia. Su final será según sus obras.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Así que, no es gran cosa si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



2 Corintios 11:15
30 Tagairtí Cros  

Pero sus criados le dijeron: «Si el profeta le hubiera pedido que hiciera algo extraordinario, ¿no lo habría hecho? Debiera obedecerle, pues lo único que le ha dicho es que vaya y se lave, para que quede sano».


yo lo castigaré a él y a su familia. Ninguno de sus descendientes vivirá para poder ver el bien que tengo reservado para mi pueblo, porque él les ha inducido a ustedes a rebelarse contra el Señor.


los profetas anunciando mentiras y los sacerdotes muy contentos apoyándolos. Y al pueblo parece que le gusta esta situación. ¡¿Dónde irá a parar toda esta locura?!


Sus mentiras han desalentado a los justos, cuando yo no lo quería. Y sus mentiras han alentado a los perversos prometiéndoles vida, aunque continúan viviendo cometiendo toda clase de maldades.


«Hijo del diablo, mentiroso y villano, enemigo de toda justicia, ¿hasta cuándo vas a torcer los caminos rectos del Señor?


le dará a cada uno el pago que se merece.


Si así fuera, podríamos llegar a esta conclusión: «Hagamos el mal para que nos vaya bien». Los que dicen tales cosas tienen bien merecida la condenación. ¡Y hay quién se atreve a decir que esto es lo que yo enseño!


Nosotros hemos plantado la semilla espiritual en ustedes. ¿Será demasiado pedir que, a cambio, recibamos de ustedes el sustento material?


Dios nunca envió a esos hombres; no son más que estafadores que les han hecho creer que son apóstoles de Cristo.


¿Sirven a Cristo? ¡Mucho más lo he servido yo! (y sigo con mi locura). He trabajado más duramente, me han encarcelado más veces, me han azotado severamente, y me he visto en peligro de muerte muchas veces.


Si el ministerio que conducía a la condenación fue tan glorioso, cuánto más glorioso será el ministerio que justifica al hombre ante Dios.


porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra los poderes, las autoridades y los gobernantes de este mundo en tinieblas; o sea, que luchamos contra los espíritus malignos que actúan en el cielo.


El futuro de ellos es la destrucción, porque su dios es su propio apetito y están orgullosos de lo que debería darles vergüenza. Sólo piensan en las cosas de este mundo.


Tan ambiciosos serán esos maestros que les dirán cualquier cosa con tal de sacarles dinero. Pero Dios hace tiempo que ha dictado sentencia contra ellos y su destrucción está por caerles encima.


Algunas personas perversas se han infiltrado entre ustedes y afirman que, como Dios es bueno, uno puede hacer lo que se le antoje, y de esa manera niegan a nuestro amo y Señor, Jesucristo. La condenación de ellos hace mucho tiempo está señalada.


Y con los milagros que podía realizar en presencia de la primera bestia, engañó a la humanidad y ordenó que esculpieran una estatua de la primera bestia que había estado herida y revivió.


Parecía un leopardo, pero tenía pies de oso y boca de león. El dragón le entregó a la bestia el poder, el trono y la gran autoridad que poseía.


Y eran súbditos del ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón y en griego, Apolión.