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1 Juan 2:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

El que afirma que está unido a Dios, debe vivir como Jesucristo vivió.

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Biblia Reina Valera 1960

El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Los que dicen que viven en Dios deben vivir como Jesús vivió.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

si alguien dice: 'Yo permanezco en él', debe portarse como él se portó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Quien dice que permanece en él, debe comportarse como se comportó él.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo.

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1 Juan 2:6
14 Tagairtí Cros  

La justicia marcha delante de él para abrir el camino a sus pasos.


Lleven mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y de corazón humilde. Así hallarán descanso para el alma,


Yo les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes.


Si obedecen mis mandamientos, no se apartarán de mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y su amor no se aparta de mí.


Sigan mi ejemplo, así como yo sigo el de Cristo.


Y vivan amando a los demás, siguiendo el ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros en sacrificio, como ofrenda de perfume agradable a Dios.


Para esto los llamó, para que así como Cristo sufrió por ustedes y les dio el ejemplo, ustedes sigan sus pasos.


Y ahora, queridos hijos, permanezcan en comunión con el Señor, para que, cuando vuelva, puedan presentarse delante de él seguros y sin tener de qué avergonzarse.


Si alguno dice: «Yo conozco a Dios», pero no obedece sus mandamientos, miente y no dice la verdad.


El que obedece a Dios vive con Dios y Dios vive en él. Y sabemos que Dios vive en nosotros por el Espíritu Santo que él nos dio.


El que permanece cerca de él no practica el pecado; pero el que vive entregado al pecado nunca lo ha visto ni conocido.


Y al vivir en Cristo, nuestro amor se perfecciona cada vez más, de tal manera que en el día del juicio no nos sentiremos avergonzados ni apenados, sino que podremos mirarlo con confianza y gozo, sabiendo que él nos ama y que nosotros lo amamos también.