Es que los saduceos afirman que no hay resurrección, ni ángeles ni espíritus. Los fariseos, en cambio, sí creen en todo esto.
1 Corintios 15:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Si no hay resurrección, Cristo no resucitó tampoco; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues, si no hay resurrección de los muertos, entonces Cristo tampoco ha resucitado; Biblia Católica (Latinoamericana) Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. La Biblia Textual 3a Edicion Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco el Mesías fue resucitado; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque, si no hay resurrección de muertos, ni siquiera Cristo ha sido resucitado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. |
Es que los saduceos afirman que no hay resurrección, ni ángeles ni espíritus. Los fariseos, en cambio, sí creen en todo esto.
Y si el Espíritu de Dios que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, él mismo les dará vida a sus cuerpos mortales.
Y no sólo gime ella, sino que también nosotros, que tenemos los primeros frutos del Espíritu, gemimos en nuestro interior mientras esperamos ansiosamente el día de nuestra adopción, es decir, el día cuando nuestros cuerpos sean liberados.
Ahora bien, si se predica que Cristo resucitó, ¿por qué algunos andan diciendo que no existe la resurrección de los muertos?
y si no resucitó, vana es nuestra predicación y vana es la fe de ustedes.
¡Pero Cristo sí resucitó! Y al resucitar se convirtió en el primero de los que resucitarán un día.
Si creemos que Jesús murió y después resucitó, entonces también debemos creer que Dios resucitará con Jesús a los que murieron creyendo en él.
Por lo demás, me espera la corona de justicia que el Señor, juez justo, me dará en aquel gran día. Y no sólo a mí, sino a todos los que con amor esperan su venida.
El Dios que da la paz levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas, por medio de la sangre del pacto eterno.
Por consiguiente, ya que los hijos de Dios son de carne y hueso, Jesús también compartió esa misma naturaleza de carne y hueso, para así anular, por medio de su muerte, al que tiene el dominio de la muerte, al diablo,
¡Alabemos a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo!, porque su misericordia es grande y nos ha hecho nacer de nuevo por medio de la resurrección de Jesucristo. Esto fue así para que tengamos una esperanza viva
el que vive aunque estuvo muerto; pero ahora vivo para siempre y tengo las llaves del infierno y de la muerte.