¶Véte pues; come tu pan con regocijo, y bebe tu vino con alegre corazón: puesto que ya ha mucho que Dios se complace en tus obras.
Mateo 9:2 - Biblia Version Moderna (1929) Y, he aquí, le trajeron un paralítico, echado en cama; y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados. Biblia Nueva Traducción Viviente Unos hombres le llevaron a un paralítico en una camilla. Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: «¡Ánimo, hijo mío! Tus pecados son perdonados». Biblia Católica (Latinoamericana) Allí le llevaron a un paralítico, tendido en una camilla. Al ver Jesús la fe de esos hombres, dijo al paralítico: '¡Animo, hijo; tus pecados quedan perdonados!' La Biblia Textual 3a Edicion Y he aquí le trajeron un paralítico, echado en un catre, y viendo Jesús la fe° de ellos,° dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo, tus pecados te son perdonados. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces le presentaron un paralítico tendido en una camilla. Cuando Jesús vio la fe que tenían, dijo al paralítico: '¡Ánimo, hijo! Te quedan perdonados tus pecados'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y he aquí, le trajeron a un paralítico echado en una cama; y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, ten ánimo, tus pecados te son perdonados. |
¶Véte pues; come tu pan con regocijo, y bebe tu vino con alegre corazón: puesto que ya ha mucho que Dios se complace en tus obras.
He borrado, como nublado, tus transgresiones, y como una nube, tus pecados; ¡vuélvete a mí, porqué yo te he redimido!
Pero al instante Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy; no tengáis miedo!
Y su fama se extendió por toda la Siria; y traíanle todos los que estaban enfermos, atacados por diversas enfermedades y tormentos, y los endemoniados, y los lunáticos, y los paralíticos; y él los sanaba.
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Y oyéndolo Jesús, se maravilló; y dijo a los que le seguían: En verdad os digo, que ni aun en Israel he hallado fe tan grande.
Y cuando era la tarde, le trajeron muchos endemoniados; y echó fuera los demonios con una palabra; y sanó a todos los que tenían algún mal:
Pero volviéndose Jesús, y viéndola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha sanado. Y la mujer quedó sana desde aquella hora.
Pues ¿qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados; o decir: Levántate y anda?
Mas para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados (dijo entonces al paralítico): ¡Levántate, toma tu cama y véte a tu casa!
¶y por la tarde, cuando se puso el sol, le traían todos los que estaban enfermos, y los endemoniados;
Y parándose Jesús, dijo: Llamadle. Llaman, pues, al ciego, diciéndole: Ten ánimo; levántate, que te llama.
Mas él le dijo: Hija, tu fe te ha sanado; véte en paz, y queda sana de tu azote:
porque todos le vieron, y se turbaron. Mas Jesús al punto habló con ellos, y les dijo: ¡Tened ánimo; yo soy; no tengáis miedo!
Estas cosas os he dicho, para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis tribulación; pero tened buen ánimo; yo he vencido al mundo.
y no necesitaba que nadie le diera testimonio acerca del hombre; porque sabía él mismo lo que había en el hombre.
Les dice entonces Jesús: ¿Hijos, tenéis algo de comer? Le respondieron: No.
Éste oyó hablar a Pablo, el cual fijando en él la vista, y viendo que tenía fe para ser sanado,
de tal manera que de sobre su cuerpo se les llevaron a los enfermos pañuelos y delantales; con lo cual se apartaron de ellos las enfermedades, y salieron los espíritus malignos.
¶Y a la noche siguiente se puso junto a él el Señor, y dijo: No temas, Pablo, pues así como has dado testimonio de mí en Jerusalem, así es menester que des testimonio también en Roma.
y no sólo así, sino que nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por causa de quien hemos ahora recibido la reconciliación.
Más aún, alguien dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras: muéstrame tu fe sin tus obras, y yo por mis obras te mostraré mi fe.