diciendo: Los escribas y los fariseos se sientan en la cátedra de Moisés:
Mateo 15:1 - Biblia Version Moderna (1929) ENTONCES vinieron a Jesús de Jerusalem escribas y fariseos, que le dijeron: Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: Biblia Nueva Traducción Viviente En ese momento, algunos fariseos y maestros de la ley religiosa llegaron desde Jerusalén para ver a Jesús. Biblia Católica (Latinoamericana) Unos fariseos y maestros de la Ley habían venido de Jerusalén. Se acercaron a Jesús La Biblia Textual 3a Edicion Entonces se acercaron a Jesús unos fariseos y escribas de Jerusalem, diciendo: Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces se acercan a Jesús algunos fariseos y escribas de Jerusalén y le preguntan: Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces vinieron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: |
diciendo: Los escribas y los fariseos se sientan en la cátedra de Moisés:
Porque yo os digo, que si vuestra justicia no excediere a la justicia de los escribas y fariseos, de ninguna manera entraréis en el reino de los cielos.
Pero los escribas que vinieron de Jerusalem, decían: ¡Tiene a Beelzebub y en unión con el príncipe de los demonios, echa fuera los demonios!
¶Y aconteció en uno de aquellos días, que estaba enseñando, y había allí sentados fariseos y doctores de la ley, que habían venido de todas las aldeas de Galilea, de Judea, y de Jerusalem: y el poder del Señor estaba presente con él, para sanar a los enfermos.
Y los escribas y fariseos comenzaron a discurrir, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿quién puede perdonar pecados, sino solo Dios?
Pero los fariseos y los escribas de ellos, murmuraban contra sus discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?
¶Y éste es el testimonio de Juan, cuando los judíos le enviaron sacerdotes y levitas, para preguntarle: ¿Quién eres tú?
Y levantóse una gritería grande: y poniéndose en pie algunos de los escribas del partido de los fariseos, contendieron, diciendo: ¡No hallamos ningún mal en este hombre! ¿Y qué hay si un espíritu o un ángel le haya hablado?
Y habiendo él venido, se le pusieron en derredor los judíos que habían descendido de Jerusalem, alegando en contra de él muchas y graves acusaciones, que no podían probar;