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Hechos 23:9 - Biblia Version Moderna (1929)

9 Y levantóse una gritería grande: y poniéndose en pie algunos de los escribas del partido de los fariseos, contendieron, diciendo: ¡No hallamos ningún mal en este hombre! ¿Y qué hay si un espíritu o un ángel le haya hablado?

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Biblia Reina Valera 1960

9 Y hubo un gran vocerío; y levantándose los escribas de la parte de los fariseos, contendían, diciendo: Ningún mal hallamos en este hombre; que si un espíritu le ha hablado, o un ángel, no resistamos a Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Así que hubo un gran alboroto. Algunos de los maestros de la ley religiosa que eran fariseos se levantaron de un salto y comenzaron a discutir enérgicamente. «Nosotros no encontramos nada malo en él —gritaban—. Tal vez algún espíritu o ángel le habló».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Se armó, pues, un enorme griterío. Algunos maestros de la Ley que eran del partido de los fariseos se pusieron en Pie, afirmando: 'Nosotros no hallamos nada malo en este hombre. Tal vez le haya hablado un espíritu o un ángel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Se produjo entonces un griterío enorme. Se levantaron algunos de los escribas de la secta de los fariseos y protestaban violentamente, diciendo: No hallamos nada malo en este hombre. ¿Y si acaso le ha hablado° un espíritu o un ángel?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Se alzó, pues, un griterío inmenso. Se pusieron en pie algunos escribas del partido de los fariseos y declararon con firmeza: 'No encontramos nada malo en este hombre. ¿Y si le ha hablado un espíritu o un ángel?'.

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Hechos 23:9
23 Tagairtí Cros  

Cuando los caminos de un hombre son del agrado de Jehová, éste hace que hasta sus enemigos estén en paz con él.


¶Entonces los príncipes y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: Este hombre no es digno de muerte; puesto que nos ha hablado en el nombre de Jehová nuestro Dios.


Mas los escribas, que eran de los fariseos, viéndole comer con publicanos y pecadores, decían a sus discípulos: Él come y bebe con publicanos y pecadores.


Él entonces les dijo por tercera vez: Pues ¿qué mal ha hecho? ¡Ninguna cosa digna de muerte he hallado en él; le castigaré, pues, y le soltaré!


Y Pilato dijo a los jefes de los sacerdotes y a las turbas de gente: Ninguna culpa hallo en este hombre.


Pero los fariseos y los escribas de ellos, murmuraban contra sus discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?


El pueblo, pues, que estaba allí y lo oyó, decía que había sido un trueno; otros decían: Un ángel le ha hablado.


Si pues Dios les concedió a ellos el mismo don que nos concedió también a nosotros, que habíamos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para que pudiese resistir a Dios?


Y sucedió que caminando yo, y acercándome a Damasco, cerca del medio día, brilló de repente desde el cielo una gran luz alrededor de mí.


Y caí a tierra, y oí una voz que me decía: ¡Saulo, Saulo! ¿por qué me persigues?


donde hallé que fué acusado solamente respecto de cuestiones de su ley, pero que no tenía contra sí acusación de nada que fuese digno de muerte o de prisiones.


Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos confiesan entrambas cosas.


Yo hallé empero que no había hecho nada que fuese digno de muerte; y habiendo él mismo apelado al Emperador, determiné enviarle.


y cuando se hubieron retirado aparte, hablaban entre sí, diciendo: Este hombre nada hace que sea digno de muerte o de prisiones.


Porque estuvo junto a mí esta noche un ángel de Dios, de quien soy, y a quien sirvo,


mas si es de Dios, no la podréis destruir: dejadlos pues, no sea que os halléis peleando contra Dios.


y caído a tierra, oyó una voz que le decía: ¡Saulo! ¡Saulo! ¿por qué me persigues?


¿Provocamos a celos al Señor? ¿Somos acaso más fuertes que él?


Entonces él les dijo: ¿Testigo es Jehová contra vosotros, y testigo es su ungido el día de hoy, de que no habéis hallado nada en mi mano? Y ellos contestaron: Testigo es.


Dijo también a David: Más justo eres tú que yo; porque tú me has recompensado con el bien, en tanto que yo te he recompensado con el mal.


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