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Proverbios 3:1 - Biblia Martin Nieto

Hijo mío, no olvides mi enseñanza, y que tu corazón guarde mis preceptos;

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Biblia Reina Valera 1960

Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Hijo mío, nunca olvides las cosas que te he enseñado; guarda mis mandatos en tu corazón.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Hijo mío, no te olvides de mis advertencias, que tu corazón sepa guardar mis mandamientos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Hijo mío, no olvides mis enseñanzas, Y tu corazón guarde mis mandamientos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Hijo mío, no olvides mis enseñanzas y guarda mis preceptos en tu corazón,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos;

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Proverbios 3:1
31 Tagairtí Cros  

dentro de mi corazón conservo tus órdenes para no pecar nunca contra ti.


Mira mi miseria y sálvame, pues yo no me he olvidado de tu ley;


en tus decretos encuentro mis delicias, no olvido tu palabra.


Ando errante como oveja perdida; búscame, pues no me he olvidado de tus mandamientos.


dame inteligencia para cumplir tu ley y yo la guardaré de todo corazón;


las redes de los malhechores me han aprisionado, pero yo no he olvidado tu ley;


jamás me olvidaré de tus preceptos, pues con ellos me has vuelto a dar la vida;


le daré una larga vida, le haré gozar de mi salvación.


pero demuestro mi fidelidad por mil generaciones a todos los que me aman y guardan mis mandamientos.


Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no rechaces la enseñanza de tu madre,


Los cabellos blancos son una corona de honor, por el camino de la justicia se la encuentra.


Hijo mío, si tú recibes mis palabras y guardas dentro de ti mis mandamientos,


Hijo mío, dame tu corazón y ten los ojos fijos en mis consejos.


No sea que, bebiendo, olviden las leyes y alteren el derecho de todos los afligidos.


porque yo os doy una buena doctrina; no abandonéis mi enseñanza.


nunca se aparten de tus ojos; guárdalas en el fondo del corazón,


Adquiere la sabiduría, adquiere la inteligencia, no la olvides, no te apartes de las palabras de mi boca.


¿No llama la sabiduría, no levanta su voz la inteligencia?


La sabiduría edificó su casa, labró sus siete columnas,


Despierta, despierta, levántate, Jerusalén; tú que has bebido de la mano del Señor la copa de su cólera; el cáliz del vértigo lo has bebido hasta las heces.


Ésta es la alianza que haré con la casa de Israel después de aquellos días -dice el Señor-: pondré mi ley en su interior, la escribiré en su corazón, y seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


Mi pueblo será reducido al silencio por falta de ciencia; tú has rechazado el saber, y yo te rechazaré a ti de mi sacerdocio; has olvidado la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.


Guardaos, pues, de olvidar la alianza que el Señor, vuestro Dios, ha hecho con vosotros y no os hagáis esculturas o imágenes talladas de todo lo que el Señor, tu Dios, te ha prohibido,


Pon atención, y no te olvides de lo que has visto con tus ojos ni lo dejes escapar nunca de tu corazón. Antes bien, enséñaselo a tus hijos y a tus nietos.


Honra a tu padre y a tu madre, como te lo ha ordenado el Señor, tu Dios; vivirás largos años y serás feliz en la tierra que te da el Señor, tu Dios.


Seguid en todo el camino que os ha mandado el Señor, vuestro Dios; de esta manera viviréis y seréis felices y serán largos vuestros días en la tierra que vais a poseer.


Guardad con cuidado y poned en práctica todos los mandamientos que hoy os prescribo para que viváis, os multipliquéis y entréis a poseer la tierra que el Señor juró a vuestros padres.