Proverbios 23:26 - Biblia Martin Nieto

²⁶ Hijo mío, dame tu corazón y ten los ojos fijos en mis consejos.

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

²⁶ Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁶ Oh, hijo mío, dame tu corazón; que tus ojos se deleiten en seguir mis caminos.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁶ Atiéndeme, hijo mío, no pierdas de vista el camino que te indico.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁶ Dame, hijo mío, tu corazón, Y observen tus ojos mis caminos,

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁶ Confía en mí, hijo mío; disfruten tus ojos en mis sendas.

Proverbios 23:26 Tagairtí Cros

Salmos 107:43

El hombre inteligente tiene en cuenta todas estas cosas y sabe apreciar el amor del Señor.

Salmos 119:2

dichosos los que guardan sus decretos, los que lo buscan de todo corazón;

Salmos 119:24

tus decretos hacen mis delicias, ellos son mis consejeros.

Proverbios 3:1

Hijo mío, no olvides mi enseñanza, y que tu corazón guarde mis preceptos;

Proverbios 4:23

Sobre todas las cosas, vigila tu corazón, porque de él brotan las fuentes de la vida.

Proverbios 4:4

Él me instruía diciéndome: 'Que tu corazón guarde mis palabras, observa mis preceptos y vivirás.

Oseas 14:9

Efraín..., ¿qué tengo yo que ver con los ídolos? Yo lo atenderé y lo protegeré. Yo soy como un pino siempre verde; de mí procede todo fruto.

Lucas 14:26

'Si uno viene a mí y no deja a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, hermanos y hermanas, y aun su propia vida, no puede ser discípulo mío.

2 Corintios 8:5

Dieron más de lo que yo esperaba; incluso ofrecieron sus personas, primero al Señor y luego a mí, conforme a la voluntad de Dios,

Efesios 3:17

y que Cristo habite en vuestros corazones por la fe, para que, arraigados y fundamentados en el amor,

Deuteronomio 6:5

Ama al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.

2 Pedro 1:19

con lo cual nos confirmamos más aún en la palabra de los profetas. Por tanto, vosotros mismos hacéis bien en poner en ella vuestra atención, como en lámpara que luce en lugar tenebroso hasta que alboree el día y el lucero de la mañana despunte en vuestros corazones.