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Mateo 27:4 - Biblia Martin Nieto

'He pecado entregando sangre inocente'. Ellos dijeron: '¿A nosotros qué? ¡Tú verás!'.

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Biblia Reina Valera 1960

diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

—He pecado —declaró—, porque traicioné a un hombre inocente. —¿Qué nos importa? —contestaron—. Ese es tu problema.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Les dijo: 'He pecado: he entregado a la muerte a un inocente. Ellos le contestaron: '¿Qué nos importa eso a nosotros? Es asunto tuyo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

diciendo: Pequé entregando sangre inocente. Pero ellos dijeron: ¿Y a nosotros qué? ¡Allá tú!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

diciendo: 'He pecado entregando sangre inocente'. Pero ellos contestaron: 'Y a nosotros, ¿qué? ¡Allá tú!'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

diciendo: Yo he pecado entregando la sangre inocente. Pero ellos dijeron: ¿Qué a nosotros? Míralo tú.

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Mateo 27:4
33 Tagairtí Cros  

Cuando Ajab oyó aquellas palabras, rasgó sus vestiduras, se vistió de saco y ayunó. Se acostaba con el cilicio y andaba muy afligido.


y de la sangre inocente que él había derramado hasta llenar Jerusalén. El Señor no quiso perdonar.


Vosotros no sois más que charlatanes, médicos de quimeras todos juntos.


He oído muchas cosas como éstas. ¡Consoladores molestos sois vosotros!


Ellos se ensañan en la vida del justo y condenan a muerte al inocente;


El Faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón, todavía de noche, y les dijo: 'Pronto, salid de en medio de nosotros; vosotros y todos los israelitas, id a servir al Señor como habéis dicho.


El Faraón mandó llamar a Moisés y Aarón y les dijo: 'Esta vez he pecado. El Señor es justo, y yo y mi pueblo, culpables.


El hombre es estimado según su prudencia, pero el corazón perverso caerá en el desprecio.


pero pensad y tened en cuenta que, si me matáis, derramaréis sangre inocente sobre vosotros mismos, sobre esta ciudad y sus habitantes, porque es verdad que el Señor me ha mandado a vosotros a pronunciar todas estas palabras para que las escuchéis'.


Entonces clamaron al Señor y dijeron: 'Señor, no nos hagas perecer por la vida de este hombre ni nos hagas responsables de sangre inocente, ya que tú, Señor, puedes hacer lo que quieras'.


Estando en el tribunal, su mujer mandó a decirle: 'No resuelvas nada contra ese justo, porque he sufrido mucho hoy en sueños por causa de él'.


El centurión, por su parte, y los que con él estaban custodiando a Jesús, al ver el terremoto y las cosas que ocurrían, tuvieron mucho miedo y decían: 'Verdaderamente éste era hijo de Dios'.


Y Pilato, por tercera vez, les dijo: '¿Pero qué mal ha hecho? No he encontrado en él causa alguna de muerte; por tanto, lo dejaré en libertad después de haberlo castigado'.


Nosotros estamos aquí en justicia, porque recibimos lo que merecen nuestras fechorías; pero éste no ha hecho nada malo'.


El oficial, al ver lo que había ocurrido, daba gloria a Dios, diciendo: 'Verdaderamente este hombre era justo'.


Los judíos respondieron: 'Nosotros tenemos una ley, y según esa ley debe morir, porque se hace hijo de Dios'.


y sin haber encontrado ninguna causa de muerte, le condenaron y pidieron a Pilato que lo matase.


Ahora bien, sabemos que todo lo que dice la ley lo dice para los que están bajo la ley; para que toda boca enmudezca y el mundo entero se reconozca culpable ante Dios.


inducidos por la hipocresía de impostores, cuya conciencia se halla marcada al rojo vivo,


Hacen profesión de conocer a Dios, pero le niegan con las obras, pues son odiosos y rebeldes, incapaces de hacer nada bueno.


Tal era precisamente el sumo sacerdote que nos convenía: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y elevado más alto que los cielos;


sino con la preciosa sangre de Cristo el cordero sin tacha ni defecto


no como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. Y ¿por qué lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.


Los habitantes de la tierra se alegrarán de esto y harán fiesta de tal modo que se intercambiarán regalos, porque estos dos profetas eran su tormento.


Saúl dijo a Samuel: 'He pecado traspasando la orden del Señor y tus palabras, porque temí al pueblo y accedí a sus palabras.


Saúl contestó: 'He pecado; pero ahora, por favor, ríndeme honores ante los ancianos de mi pueblo y ante Israel y vuelve conmigo para que yo adore al Señor, tu Dios'.


Él expuso su propia vida, mató al filisteo y el Señor dio una gran victoria a todo Israel. Lo viste tú mismo y te alegraste. ¿Por qué quieres hacerte reo de sangre inocente, matando a David sin razón?'.