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Mateo 20:30 - Biblia Martin Nieto

Dos ciegos, sentados junto al camino, oyeron que pasaba Jesús, y gritaron: '¡Señor, hijo de David, ten compasión de nosotros!'.

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Biblia Reina Valera 1960

Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Dos hombres ciegos estaban sentados junto al camino. Cuando oyeron que Jesús venía en dirección a ellos, comenzaron a gritar: «¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

En algún momento, dos ciegos estaban sentados a la orilla del camino, y al enterarse de que pasaba Jesús, comenzaron a gritar: '¡Señor, hijo de David, ten compasión de nosotros!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

y he aquí dos° ciegos, sentados junto al camino, al oír que Jesús estaba° pasando, gritaron, diciendo: ¡Señor,° ten misericordia de nosotros, Hijo de David!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

En esto, dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que pasaba Jesús, se pusieron a gritar: '¡Señor! ¡Hijo de David! ¡Ten compasión de nosotros!'

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y he aquí, dos ciegos sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!

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Mateo 20:30
21 Tagairtí Cros  

el Señor da la vista a los ciegos, el Señor endereza a los que están doblados, el Señor ama a los que practican la justicia,


Los sordos oirán las palabras de un libro; y, liberados de las tinieblas y la oscuridad, verán los ojos de los ciegos.


Guiaré a los ciegos por caminos que no conocen, por senderos ignorados los haré caminar; ante ellos cambiaré las tinieblas en luz, y en llano el terreno pedregoso. Todo esto es lo que voy a hacer y lo haré sin falta.


¡Sordos, oíd! ¡Ciegos, abrid vuestros ojos para ver!


Como ciegos palpamos las paredes, como sin ojos andamos a tientas; tropezamos a mediodía como en el crepúsculo, en tinieblas habitamos como los muertos.


y, al sembrar, parte de la semilla cayó junto al camino; vinieron las aves y se la comieron.


Y una mujer cananea salió de aquellos contornos y se puso a gritar: '¡Ten compasión de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está atormentada por un demonio'.


La gente los reprendió para que se callasen, pero ellos gritaban con más fuerza: '¡Señor, hijo de David, ten compasión de nosotros!'.


Se llegaron a él en el templo ciegos y cojos, y los curó.


Los que iban delante y detrás gritaban: ¡Viva el hijo de David!


'¿Qué opináis del mesías? ¿De quién es hijo?'. Dijeron: 'De David'.


Fueron a Jericó. Y al salir de Jericó con sus discípulos y mucha gente, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino.


El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido. Me ha enviado a llevar la buena nueva a los pobres, a anunciar la libertad a los presos, a dar la vista a los ciegos, a liberar a los oprimidos


En aquel momento Jesús curó a muchos de sus enfermedades, dolencias y espíritus malignos, y dio la vista a muchos ciegos.


Pero era profeta y sabía que Dios le había jurado solemnemente sentar sobre su trono un descendiente suyo. Por eso