Sin embargo, volvieron a hacerme la misma invitación por cuatro veces; y yo les di siempre la misma respuesta.
Jueces 16:6 - Biblia Martin Nieto Dalila dijo a Sansón: 'Dime, por favor, de dónde te viene tu extraordinaria fuerza y de qué modo podrías ser atado y sujetado'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y Dalila dijo a Sansón: Yo te ruego que me declares en qué consiste tu gran fuerza, y cómo podrás ser atado para ser dominado. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que Dalila le dijo a Sansón: —Dime, por favor, qué te hace tan fuerte, y con qué podrían amarrarte sin que te liberes. Biblia Católica (Latinoamericana) Dalila preguntó a Sansón: 'Dime, te lo ruego, de dónde proviene tu fuerza extraordinaria. ¿Cómo se podría amarrarte y domarte?' La Biblia Textual 3a Edicion Y Dalila dijo a Sansón: Te ruego me declares en qué consiste tu gran fuerza, y con qué podrías ser atado para doblegarte. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dalila dijo a Sansón: 'Explícame cuál es el secreto de tu gran fuerza y con qué habría que atarte para tenerte sujeto'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Dalila dijo a Sansón: Yo te ruego que me declares en qué consiste tu gran fuerza, y cómo podrás ser atado para ser atormentado. |
Sin embargo, volvieron a hacerme la misma invitación por cuatro veces; y yo les di siempre la misma respuesta.
Auxilio, Señor, que ya no hay hombres fieles, la lealtad ya no existe entre los hombres;
Fosa profunda es la boca de la mujer adúltera, en ella caen los que el Señor maldice.
La lengua mentirosa odia la verdad, y la boca aduladora causa la ruina.
Porque si la prostituta busca un trozo de pan, la adúltera amenaza a una vida preciosa.
Ella le persuade a fuerza de halagos, con la seducción de sus labios le arrastra.
La lealtad ha desaparecido del país, no queda un hombre justo. Todos acechan para verter sangre; el hermano a su hermano para ponerle trampas.
No os fiéis del compañero, no confiéis en el amigo; ten cuidado con lo que dices delante de la que se acuesta entre tus brazos.
Ella le estuvo llorando los siete días que duraba la fiesta. Tanto le insistió que, por fin, al séptimo día se lo explicó, y ella dio a sus paisanos la solución del acertijo.
Los jefes de los filisteos fueron a verla, y le dijeron: 'Sedúcele y averigua de dónde le viene su extraordinaria fuerza y cómo podríamos atarle y reducirle a la impotencia. Te daremos cada uno mil cien monedas de plata'.
Sansón le contestó: 'Si me atasen con siete cuerdas humedecidas, sin dejarlas secar, perdería mi fuerza y sería como otro hombre cualquiera'.