No acepto honores humanos;
Gloria de los hombres no recibo.
»La aprobación de ustedes no significa nada para mí,
Yo no busco la alabanza de los hombres.
Gloria de parte de hombres no recibo.
'No es de los hombres de quienes yo recibo la gloria.
pues preferían la honra que dan los hombres a la honra que da Dios.
Yo no necesito testimonio de ningún hombre; digo estas cosas para que vosotros os salvéis.
¡Y no queréis venir a mí para tener vida!
yo sé bien que no amáis a Dios.
¿Cómo podéis creer, si sólo buscáis honores los unos de los otros, y no buscáis el honor que viene del Dios único?
Y Jesús, dándose cuenta de que querían llevárselo para hacerle rey, se retiró otra vez al monte él solo.
El que habla por su propia cuenta busca su propio honor; pero el que busca el honor del que lo ha enviado es veraz, y en él no hay injusticia.
Yo no busco mi honor; hay quien lo busca, y él hará justicia.
Jesús respondió: 'Si yo me diera a mí mismo el honor, mi honor no sería nada. Es mi Padre el que me honra; el que decís vosotros que es vuestro Dios,
nunca hemos buscado honores, ni de vosotros ni de nadie.
Más aún, ésta es vuestra vocación, pues también Cristo sufrió por vosotros, y os dejó ejemplo para que sigáis sus pasos.
Él recibió de Dios Padre el honor y la gloria cuando desde la excelsa gloria se le hizo llegar esta voz: Éste es mi Hijo querido, mi predilecto.