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1 Tesalonicenses 2:6 - Biblia Martin Nieto

6 nunca hemos buscado honores, ni de vosotros ni de nadie.

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Biblia Reina Valera 1960

6 ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 En cuanto a elogios humanos, nunca los hemos buscado ni de ustedes ni de nadie.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Tampoco buscamos que la gente nos rindiera honores, fueran ustedes u otros,

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 ni buscamos gloria de hombres; ni de vosotros ni de otros,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Jamás buscamos la gloria humana: ni la vuestra ni la de los demás.

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1 Tesalonicenses 2:6
24 Tagairtí Cros  

Quería, con esto, poner de manifiesto durante muchos días, ciento ochenta exactamente, la riqueza y gloria de su imperio, el fasto y esplendor de su magnificencia.


y les habló largamente de sus riquezas fabulosas, del número de sus hijos y de la estima que el rey le había concedido, engrandeciéndolo por encima de todos sus príncipes y cortesanos. Y añadió:


No es bueno comer demasiada miel, ni cargar de alabanzas la gloria.


La sentencia contra Nabucodonosor se ejecutó inmediatamente: fue expulsado de la sociedad humana, comenzó a comer hierba como los bueyes y su cuerpo fue bañado por el rocío del cielo hasta que sus cabellos llegaron a crecerle como las plumas del águila y las uñas como las de las aves.


pues preferían la honra que dan los hombres a la honra que da Dios.


¿Cómo podéis creer, si sólo buscáis honores los unos de los otros, y no buscáis el honor que viene del Dios único?


El que habla por su propia cuenta busca su propio honor; pero el que busca el honor del que lo ha enviado es veraz, y en él no hay injusticia.


el hombre no fue creado para la mujer, sino la mujer para el hombre.


Por eso escribo esto ahora que estoy ausente, para que cuando esté presente no tenga que proceder con severidad, en virtud del poder que el Señor me ha dado para edificar y no para destruir.


Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo, el Señor; nosotros somos vuestros siervos por amor de Jesús.


¿A quién busco agradar, a los hombres o a Dios? Si tratara de agradar a los hombres, no agradaría a Dios


No busquemos la vanagloria, provocándonos mutuamente y teniendo envidia unos a otros.


Ni los mismos circuncidados guardan la ley; pero quieren que vosotros os circuncidéis para presumir de que ellos os obligaron a hacerlo.


Hermanos, recordad nuestros trabajos y fatigas; cómo trabajábamos día y noche para no ser gravosos a ninguno de vosotros mientras os anunciábamos el evangelio de Dios.


Los presbíteros que cumplen bien su misión son merecedores de una doble remuneración, especialmente los que se ocupan de la predicación y la enseñanza.


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