El criado dijo: Señor, he hecho lo que me mandaste y todavía hay sitio.
Juan 14:2 - Biblia Martin Nieto En la casa de mi Padre hay sitio para todos; si no fuera así, os lo habría dicho; voy a prepararos un sitio. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Biblia Nueva Traducción Viviente En el hogar de mi Padre, hay lugar más que suficiente. Si no fuera así, ¿acaso les habría dicho que voy a prepararles un lugar? Biblia Católica (Latinoamericana) En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. De no ser así, no les habría dicho que voy a prepararles un lugar. La Biblia Textual 3a Edicion En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si no, os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Biblia Serafín de Ausejo 1975 En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, ya os lo habría dicho; porque voy a preparar un lugar para vosotros. Biblia Reina Valera Gómez (2023) En la casa de mi Padre muchas mansiones hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho. Voy, pues, a preparar lugar para vosotros. |
El criado dijo: Señor, he hecho lo que me mandaste y todavía hay sitio.
'Hijos míos, voy a estar ya muy poco con vosotros. Me buscaréis, pero os digo lo mismo que dije a los judíos: Adonde yo voy no podéis ir vosotros.
Simón Pedro le preguntó: 'Señor, ¿a dónde vas?'. Jesús respondió: 'Adonde yo voy, no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde'.
Ya sabéis lo que os he dicho: Me voy, pero volveré a estar con vosotros. Si me amáis, os alegraréis de que me vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo.
Pero yo os lo digo de antemano, para que cuando llegue el momento os acordéis de que ya os lo había anunciado. No os lo dije al principio porque estaba con vosotros'.
Padre, yo quiero que también los que me has confiado estén conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria, que me has dado, porque antes de la creación del mundo ya me amabas.
Sabemos que si esta tienda en que habitamos en la tierra se destruye, tenemos otra casa, que es obra de Dios; una morada eterna en los cielos, no construida por mano de hombres.
Dios no nos ha destinado al castigo, sino a la adquisición de la salvación por nuestro Señor Jesucristo,
basada en la esperanza de la vida eterna. Dios, que no puede mentir, prometió esa vida desde la eternidad;
Porque él esperaba la ciudad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
Porque no tenemos aquí abajo ciudad permanente, sino que buscamos la futura.
donde, como precursor nuestro, entró Jesús, convertido en sumo sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec.
El Espíritu Santo quería demostrar con esto que el camino del santuario no estaba abierto mientras subsistiese el primer tabernáculo.
y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos y el rey de los reyes de la tierra. A aquel que nos ama y nos ha lavado de nuestros pecados con su propia sangre,
Y vi a la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo del lado de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su esposo.
Al vencedor le haré columna del templo de mi Dios, y no saldrá más; escribiré sobre él el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad de mi Dios -la nueva Jerusalén, que baja del cielo de junto a mi Dios- y mi nombre nuevo.
Al vencedor lo sentaré conmigo en mi trono, igual que yo, que he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.