Os traeremos agua, os lavaréis los pies y reposaréis a la sombra de este árbol.
Juan 13:5 - Biblia Martin Nieto Luego echó agua en un barreño y comenzó a lavar los pies de sus discípulos y a enjugárselos con la toalla que se había ceñido. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido. Biblia Nueva Traducción Viviente y echó agua en un recipiente. Luego comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura. Biblia Católica (Latinoamericana) Echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies de los discípulos, y luego se los secaba con la toalla que se había atado. La Biblia Textual 3a Edicion luego echó° agua en el lebrillo° y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba ceñido. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Luego echó agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla con que se había ceñido. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido. |
Os traeremos agua, os lavaréis los pies y reposaréis a la sombra de este árbol.
y les dijo: 'Por favor, señores, venid a casa de vuestro siervo y pasad allí la noche; lavaos los pies, y mañana por la mañana seguiréis vuestro camino'. Ellos le respondieron: 'No; pasaremos la noche en la plaza'.
Después los introdujo en la casa de José, les llevó agua para que se lavaran los pies y dio forraje a sus asnos.
Pero Josafat preguntó: '¿No habrá aquí algún profeta del Señor, para consultar al Señor por su medio?'. Uno de los servidores del rey de Israel dijo: 'Aquí está Eliseo, el hijo de Safat, el que vertía agua en las manos de Elías'.
Haces avanzar a Aarón y a sus hijos hasta la puerta de la tienda de la reunión, y los lavas con agua.
Lavaos, purificaos, alejad vuestras malas acciones de mis ojos; dejad de hacer el mal.
Os rociaré con agua pura y os purificaré de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos.
El leproso así purificado lavará sus vestidos, se cortará todo el pelo, se bañará con agua y será puro. Después entrará de nuevo en el campamento, pero tardará siete días en entrar en su tienda.
En aquel día brotará un manantial para la casa de David y los habitantes de Jerusalén, para lavar los pecados e impurezas.
se puso detrás de él a sus pies, y, llorando, comenzó a regarlos con sus lágrimas y a enjugarlos con los cabellos de su cabeza, los besaba y ungía con el perfume.
Y, volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: '¿Ves a esta mujer? Yo entré en tu casa y no me diste agua para los pies; ella, en cambio, ha bañado mis pies con sus lágrimas y los ha enjugado con sus cabellos.
Jesús le dijo: 'El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, pues está completamente limpio; y vosotros estáis limpios, aunque no todos'.
Al llegar a Simón Pedro, éste le dijo: 'Señor, ¿tú lavarme a mí los pies?'.
Pedro dijo: 'Jamás me lavarás los pies'. Jesús le replicó: 'Si no te lavo, no tendrás parte conmigo'.
pero uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza, y al punto salió sangre y agua.
Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, bautízate y lava tus pecados invocando su nombre.
Eso erais antes algunos; pero habéis sido lavados, consagrados y justificados en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.
a fin de santificarla por medio del agua del bautismo y de la palabra,
y estar acreditada por sus buenas obras, tales como haber educado bien a sus hijos, haber ejercitado la hospitalidad, haber lavado los pies a los creyentes, haber socorrido a los atribulados, haber practicado toda clase de obra buena.
acerquémonos con un corazón sincero, con fe perfecta, purificados los corazones de toda mancha de la que tengamos conciencia, y el cuerpo lavado con agua pura.
pero si andamos en la luz, como él está en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos purifica de todo pecado.
Es él, Jesucristo, el que ha venido con agua y sangre; no sólo con agua, sino con agua y sangre. Y es el Espíritu el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.
y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos y el rey de los reyes de la tierra. A aquel que nos ama y nos ha lavado de nuestros pecados con su propia sangre,
Yo le respondí: 'Señor, tú lo sabes'. Él me dijo: 'Ésos son los supervivientes de la gran persecución, y han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la sangre del cordero.
Los llevó a su casa, echó de comer a sus asnos, se lavaron los pies y después comieron y bebieron.
Ella se levantó, se postró rostro en tierra y dijo: 'Tu sierva es como una esclava para lavar los pies de los siervos de mi señor'.