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Jeremías 9:19 - Biblia Martin Nieto

¡Vosotras, mujeres, escuchad la palabra del Señor, reciban vuestros oídos la palabra de su boca! Enseñad a vuestras hijas esta elegía, decíos unas a otras esta lamentación:

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Biblia Reina Valera 1960

Porque de Sion fue oída voz de endecha: ¡Cómo hemos sido destruidos! En gran manera hemos sido avergonzados, porque abandonamos la tierra, porque han destruido nuestras moradas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Escuchen a los habitantes de Jerusalén llorando desesperados: “¡Estamos arruinados! ¡Estamos totalmente humillados! Tenemos que abandonar nuestra tierra, porque derribaron nuestras casas”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ustedes, mujeres, escuchen la palabra de Yavé, reciban sus oídos la palabra de su boca, enseñen a sus hijas este canto fúnebre, y, unas a otras, esta lamentación:

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La Biblia Textual 3a Edicion

Porque de Sión fue oída voz de endecha: ¡Cómo hemos sido destruidos! ¡Cómo hemos sido avergonzados! Hemos tenido que abandonar la tierra, Y nuestras moradas han sido destruidas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Escuchad, pues, mujeres, la palabra de Yahveh, y reciba vuestro oído la palabra de su boca; enseñad a vuestras hijas el lamento y unas a otras la elegía:

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque voz de endecha fue oída de Sión: ¡Cómo hemos sido destruidos! en gran manera estamos confundidos. Porque dejamos la tierra, porque nos han echado de sí nuestras moradas.

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Jeremías 9:19
20 Tagairtí Cros  

Mujeres despreocupadas, levantaos; escuchad mi voz, hijas confiadas; prestad oído a mi palabra.


El Señor me dijo: 'Aunque se presentaran ante mí Moisés y Samuel, mi alma no se inclinaría hacia este pueblo. Échalos de mi presencia, que se vayan.


¿Es acaso Israel un esclavo, un siervo nacido en casa, para que se convirtiese en presa?


Helo aquí que avanza como una nube, sus carros semejan al huracán, más veloces que las águilas sus caballos. ¡Ay de nosotros, estamos perdidos!


Se anuncia desastre tras desastre, todo el país está arrasado. De golpe han sido destruidas mis tiendas, en un instante mis pabellones.


Os echaré de mi presencia, como eché a todos vuestros hermanos, a toda la estirpe de Efraín.


¿Acaso me hieren sólo a mí -dice el Señor-, y no más bien a sí mismos, para su propia vergüenza?


Corta tu larga cabellera y tírala. Eleva una lamentación sobre los collados, porque el Señor ha desechado y rechazado a la generación objeto de su ira.


'¡Apartaos! ¡Un impuro!', les gritaban. '¡Apartaos! ¡No tocar!'. Cuando huían errantes entre las naciones, se decía: '¡No pueden quedarse entre nosotros!'.


Nuestra heredad ha pasado a extranjeros, nuestras casas a extraños.


'Hijo de hombre, entona una elegía sobre Tiro.


La tierra se ha contaminado; yo he castigado su iniquidad, y la tierra vomitará sus habitantes.


Que no os veáis vomitados por la tierra al sentirse impura por vosotros, como fueron vomitados los pueblos que os precedieron en ella.


'Guardad todas mis leyes, todas mis prescripciones y ponedlas en práctica, de manera que no os veáis vomitados por la tierra a la que yo os llevo para que habitéis en ella.


Levantaos, marchad, no es hora de reposo. Por vuestra inmundicia provocáis la destrucción, y la destrucción será irreparable.


Aquel día se contará sobre vosotros un proverbio, se cantará una elegía y se dirá: '¡Estamos totalmente arruinados! Se ha vendido la porción de mi pueblo, y nadie ya la restituye. ¡Entre los apóstatas se reparten nuestros campos!'.


de suerte que en pleno día andarás a tientas, como anda el ciego en las tinieblas, y no tendrás éxito en ninguna de tus empresas, sino que te verás siempre oprimido y despojado, sin que nadie te socorra.