Jeremías 44:16 - Biblia Martin Nieto 'La palabra que nos has dirigido en nombre del Señor no queremos escucharla, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 La palabra que nos has hablado en nombre de Jehová, no la oiremos de ti; Biblia Nueva Traducción Viviente —¡No escucharemos tus mensajes del Señor! Biblia Católica (Latinoamericana) No queremos saber nada con todo lo que nos has dicho en nombre de Yavé, La Biblia Textual 3a Edicion En cuanto a la palabra que nos has dicho en nombre de YHVH, no te obedeceremos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'En lo que respecta a la palabra que nos has dicho en nombre de Yahveh, no queremos escucharte, Biblia Reina Valera Gómez (2023) En cuanto a la palabra que nos has hablado en el nombre de Jehová, no la oiremos de ti; |
El Faraón dijo: '¿Quién es el Señor para que yo obedezca su voz y deje ir a Israel? No conozco al Señor y no dejaré ir a Israel'.
Yo os llamé y me rechazasteis, os tendí la mano y no me hicisteis caso.
Su rostro descarado los delata; como Sodoma descubren sus pecados, no los ocultan. ¡Ay de ellos, que su propia desgracia están fraguando!
Han reincidido en las iniquidades de sus antepasados, que se negaron a escuchar mis palabras; también éstos se han ido tras dioses extraños para servirlos. La casa de Israel y la casa de Judá han violado mi alianza que yo había hecho con sus padres'.
Pero ellos no escucharon ni hicieron caso, sino que cada cual siguió el capricho de su perverso corazón. Entonces yo cumplí contra ellos todas las palabras de esta alianza que les había ordenado observar y que no observaron'.
Este pueblo malvado, que no quiere escuchar mi palabra, que sigue el capricho de su duro corazón y va en pos de otros dioses para servirlos y postrarse ante ellos, quedará como ese cinturón, que ya no sirve para nada.
Ellos han dicho: '¡Venid, tramemos un atentado contra Jeremías, pues no ha de faltar por eso del sacerdote la enseñanza, ni del sabio el consejo, ni del profeta la palabra! ¡Ea, matémosle con la lengua; no prestemos atención a ninguna de sus palabras!'.
Aquellos dignatarios dijeron al rey: 'Pedimos la muerte de este hombre, que desalienta a los combatientes que quedan en esta ciudad y a todo el pueblo, al hablarles en tales términos. Es evidente que este hombre no busca el bien de este pueblo, sino su desgracia'.
Pero si decís: ¡No queremos vivir en este país!, negándoos a obedecer la voz del Señor, vuestro Dios,
Azarías, hijo de Maasías; Juan, hijo de Carej, y todos los hombres altivos y rebeldes dijeron a Jeremías: 'Tú nos dices mentira. No ha sido el Señor, nuestro Dios, el que te ha enviado a decir: No vayáis a Egipto para vivir allí,
Luego Jeremías continuó dirigiéndose a todo el pueblo, y especialmente a las mujeres: 'Escuchad la palabra del Señor vosotros, los judíos que estáis en Egipto.
Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Vosotros y vuestras mujeres habéis llevado a cabo con vuestras manos lo que habíais prometido con vuestra boca: Cumpliremos puntualmente los votos que hemos hecho de quemar incienso y presentar ofrendas de vino a la reina del cielo. Pues bien, cumplid vuestros votos, llevadlos a la práctica.
Esto dice el Señor: 'Apostaos en las sendas de antaño, informaos de los caminos antiguos. Ése es el buen camino; seguidlo y hallaréis descanso para vuestras almas'. Pero ellos han dicho: '¡No lo seguiremos!'.
Tendrían que avergonzarse de sus acciones execrables, pero han perdido la vergüenza; no saben ya ni sonrojarse. Por eso han de caer entre los que perecen; se desplomarán cuando yo los visite, -dice el Señor-.
He escuchado atentamente; no hablan como se debe; ninguno se arrepiente de su perversidad, y dicen: '¿Qué es lo que he hecho?'. Todos siguen su desenfrenada carrera, como el caballo vuela donde hierve la lucha.
¿Estáis dispuestos cuando oigáis sonar el cuerno, el pífano, la cítara, la sambuca, el salterio, la zampoña y toda clase de instrumentos musicales a postraros y adorar la estatua que he hecho? Si no la adoráis, seréis inmediatamente arrojados en un ardiente horno de fuego; y ¿qué Dios os podrá librar de mis manos?'.
Pero sus conciudadanos lo odiaban y enviaron tras él una embajada diciendo: No lo queremos por rey.
En cuanto a mis enemigos, esos que no me quisieron por rey, traedlos aquí y degolladlos en mi presencia'.
Pero el pueblo no quiso escuchar a Samuel, y dijo: 'No; queremos un rey,