Cuando los camellos acabaron de beber, el criado tomó un anillo de oro de seis gramos de peso y se lo puso a ella en las narices; y luego, en sus brazos, dos brazaletes también de oro, de ciento veinte gramos de peso. Y le dijo:
Jeremías 32:9 - Biblia Martin Nieto y compré a mi primo Janamel el campo de Anatot, y le pagué el precio: diecisiete monedas de plata. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y compré la heredad de Hanameel, hijo de mi tío, la cual estaba en Anatot, y le pesé el dinero; diecisiete siclos de plata. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que compré el terreno en Anatot pagándole a Hanameel diecisiete piezas de plata. Biblia Católica (Latinoamericana) compré ese campo a mi primo Hanamel de Anatot y le pagué como precio diecisiete siclos de plata. La Biblia Textual 3a Edicion Compré pues de Hanameel, hijo de mi tío, la heredad que estaba en Anatot, y le pesé el dinero: diecisiete siclos de plata. Biblia Serafín de Ausejo 1975 así que compré el campo de Anatot a Janamel, hijo de mi tío, y le pesé el dinero: diecisiete siclos de plata. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y compré la heredad de Hanameel, hijo de mi tío, la cual estaba en Anatot, y le pesé el dinero; diecisiete siclos de plata. |
Cuando los camellos acabaron de beber, el criado tomó un anillo de oro de seis gramos de peso y se lo puso a ella en las narices; y luego, en sus brazos, dos brazaletes también de oro, de ciento veinte gramos de peso. Y le dijo:
Al pasar los mercaderes madianitas, ellos sacaron a José de la cisterna. Vendieron a José a los ismaelitas por veinte monedas de plata, y éstos se lo llevaron a Egipto.
Y cuando el rey pasaba, gritó: 'Tu servidor había salido de en medio de la refriega, cuando un hombre se le acercó, me trajo a otro y me dijo: Guarda a este hombre. Si se escapa, tu vida responderá por la suya o pagarás tres mil monedas de plata.
en cambio, los gobernadores que me habían precedido habían gravado al pueblo, percibiendo de él, en concepto de pan y vino, cuarenta monedas de plata cada día; y sus criados también oprimían al pueblo; pero yo no obré así, porque temía a Dios.
Si al rey le parece bien, decrete que sea exterminado, y yo entregaré al tesoro real trescientas cuarenta toneladas de plata'.
Si el buey acornea a un esclavo o a una esclava, el amo del buey pagará treinta monedas de plata al dueño del esclavo o de la esclava, y el buey será matado a pedradas.
¿Por qué gastáis vuestro dinero en lo que no es pan, y vuestro salario en lo que no llena? Escuchadme bien, y comeréis cosas buenas; y os deleitaréis con manjares exquisitos.
El alimento que comerás será el de un cuarto de kilo para todo el día.
Yo la compré por quince monedas de plata y seiscientos setenta y cinco kilos de cebada.