Los jefes de Israel y el rey confesaron humildemente: 'El Señor es justo'.
Jeremías 18:8 - Biblia Martin Nieto pero si esa nación, contra la que he hablado, se convierte de su iniquidad, también yo me arrepiento del castigo que iba a ponerle. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, Biblia Nueva Traducción Viviente pero luego esa nación renuncia a sus malos caminos, no la destruiré como lo había planeado. Biblia Católica (Latinoamericana) Mas ellos cambian su proceder, dejando la maldad que yo denunciaba. Entonces, yo también cambio mis proyectos y ya no les quiero causar ningún mal. La Biblia Textual 3a Edicion y esa nación contra la que he hablado se convierte de su maldad, Yo desistiré del mal que había pensado hacerle; Biblia Serafín de Ausejo 1975 pero si esta nación contra la cual yo había hablado se convierte de su maldad, entonces me arrepiento del mal que había planeado hacerle. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y si esta nación de la cual he hablado se vuelve de su maldad, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerle. |
Los jefes de Israel y el rey confesaron humildemente: 'El Señor es justo'.
se acordó de la alianza que había hecho con ellos, por su inmenso amor cambió de proceder:
Porque el Señor hace justicia a su pueblo y se compadece de sus siervos.
Vuelve con nosotros, Señor. ¿Hasta cuándo? Ten piedad de tus siervos.
¿Por qué van a poder decir los egipcios: Con muy mala intención los hizo salir, para hacerlos perecer en las montañas y exterminarlos de la superficie de la tierra? Aplaca tu ira y arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo.
Y el Señor se retractó del mal que había dicho que iba a hacer a su pueblo.
Y si aprenden bien los caminos de mi pueblo, si aprenden a jurar en mi nombre: '¡Vive Dios!', como ellos enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, entonces serán establecidos en medio de mi pueblo.
Tú me has abandonado -dice el Señor-, me has vuelto la espalda, y yo he extendido mi mano contra ti para aniquilarte: ¡Ya estoy cansado de compadecerme!
Así, pues, enmendad vuestra conducta y vuestra manera de obrar, escuchad la llamada del Señor, vuestro Dios, y el Señor retirará la desgracia con que os ha amenazado.
¿Acaso por eso le condenaron a muerte Ezequías, rey de Judá, y todo Judá? ¿No temieron más bien al Señor; no imploraron su gracia, hasta obtener que retirara la desgracia con que les había amenazado? ¿Y vamos nosotros a cargar con un delito tan grave?'.
Tal vez te escuchen y se conviertan cada uno de su mal camino; entonces yo retiraré el castigo que pensaba darles por sus malas acciones.
Tal vez el pueblo de Judá, al escuchar todas las calamidades que proyecto mandarles, se convierta de su mala conducta y yo pueda perdonarles sus crímenes y sus pecados'.
Si seguís en este país, yo os edificaré y no os destruiré, os plantaré y no os arrancaré, pues me pesa el castigo que os he dado.
Y si el delincuente se convierte de todos los delitos que ha cometido, observa todos mis preceptos y practica el derecho y la justicia, vivirá, sin duda; no morirá.
Diles: Por mi vida, dice el Señor Dios, que no me complazco en la muerte del malvado, sino en que se convierta de su conducta y viva. Convertíos, convertíos de vuestros perversos caminos. ¿Por qué queréis morir, oh casa de Israel?
Hijo de hombre, di aún a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no le salvará si se pervierte, ni el injusto perecerá por su injusticia si se convierte, así como el justo no podrá vivir por su justicia, si llega a pecar.
Si yo digo al justo: Vivirás, pero él, confiado en su justicia, comete la injusticia, ninguna de sus obras justas será recordada. Morirá por la injusticia que ha cometido.
Y si digo al injusto: ¡Morirás!, y él se convierte de sus pecados y practica la justicia y el derecho,
¿Cómo voy a abandonarte, Efraín; cómo voy a traicionarte, Israel? ¿Es que voy a tratarte como a Admá, y dejarte igual que a Seboín? Mi corazón se revuelve dentro de mí, y todas mis entrañas se estremecen.
Odiad el mal y amad el bien, restableced la justicia en los tribunales, y quizá el Señor Dios omnipotente se apiade del resto de José.
y se encaró así con el Señor: 'Ah, Señor, ¿no lo decía yo ya cuando estaba todavía en mi tierra? ¿Y no fue por esto por lo que me apresuré a ir a Tarsis? Yo sabía que tú eres un Dios clemente, misericordioso y paciente, lleno de compasión y pronto a arrepentirte de las amenazas.
El Señor saldrá en defensa de su pueblo, / tendrá misericordia de sus siervos, / cuando vea que se agotan sus fuerzas / y que no queda entre ellos ni esclavo ni libre.
El Señor hizo surgir los jueces. El Señor estaba con el juez y los libraba de la mano de sus enemigos mientras vivía el juez, pues se compadecía de ellos al oírles gemir bajo sus opresores y perseguidores.