Las dos cosas te sobrevendrán de repente, en un día; orfandad y viudez a la vez caerán sobre ti, a pesar de tus numerosos sortilegios y del poder de tus muchos encantamientos.
Jeremías 15:9 - Biblia Martin Nieto Languidece la madre de siete hijos, está para entregar el alma; su sol se pone siendo aún pleno día, está avergonzada y humillada. Y lo que de ellos queda lo entregaré a la espada, ante sus enemigos' -dice el Señor-. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Languideció la que dio a luz siete; se llenó de dolor su alma, su sol se puso siendo aún de día; fue avergonzada y llena de confusión; y lo que de ella quede, lo entregaré a la espada delante de sus enemigos, dice Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente La madre de siete hijos se debilita y lucha por respirar; su sol se puso mientras todavía es de día. Ahora queda sin hijos, avergonzada y humillada. A los que queden, los entregaré para que sus enemigos los maten. ¡Yo, el Señor, he hablado!». Biblia Católica (Latinoamericana) La madre que tuvo siete hijos está avergonzada y desalentada y se le acaba el resuello porque se puso el sol de su vida aun en pleno día. Y a los que queden todavía los haré morir a espada, en presencia de sus enemigos, dice Yavé. La Biblia Textual 3a Edicion La que dio a luz siete desfallecerá y exhalará el alma: Su sol se pondrá siendo aún de día, Será avergonzada y confundida. Y el resto lo entregaré a la espada enemiga, dice YHVH. Biblia Serafín de Ausejo 1975 La madre de siete hijos desfalleció, exhaló su alma; su sol se puso siendo aún de día; quedó avergonzada y consternada. Lo que de ellos queda, lo entregaré a la espada ante sus enemigos' -oráculo de Yahveh-. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Languidece la que dio a luz a siete; ha entregado el espíritu; su sol se puso siendo aún de día; fue avergonzada y llena de confusión: y lo que de ella queda, lo entregaré a la espada delante de sus enemigos, dice Jehová. |
Las dos cosas te sobrevendrán de repente, en un día; orfandad y viudez a la vez caerán sobre ti, a pesar de tus numerosos sortilegios y del poder de tus muchos encantamientos.
En este lugar yo haré fracasar la política de Judá y de Jerusalén; los haré caer a espada ante sus enemigos, en manos de aquellos que buscan su muerte, y daré sus cadáveres como pasto a las aves del cielo y a las bestias de la tierra.
Después de esto, dice el Señor, entregaré a Sedecías, rey de Judá, a sus servidores y a los habitantes de esta ciudad que hayan escapado a la peste, a la espada y al hambre, en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, en manos de sus enemigos, de aquellos que buscan su vida; él los pasará a filo de espada sin consideración, sin piedad y sin compasión'.
Voy a montar guardia sobre ellos para su daño y no para su bien, y todos los hombres de Judá que están en Egipto perecerán por la espada y el hambre hasta quedar completamente exterminados,
Vuestra madre está llena de vergüenza, confundida la que os dio a luz. Vedla, la última de las naciones, desierto, aridez, estepa.
Preparad la guerra contra ella. ¡En pie! ¡Vayamos al asalto en pleno mediodía! ¡Ay de vosotros, que ya el día declina y se extienden las sombras del crepúsculo!
¿Acaso me hieren sólo a mí -dice el Señor-, y no más bien a sí mismos, para su propia vergüenza?
¡Ay, cómo está postrada en soledad la ciudad tan populosa! Como una viuda se ha quedado la grande entre las naciones. La señora entre las provincias ha sido esclavizada.
Las mismas manos de tiernas mujeres cocieron a sus hijos: ellos les sirvieron de comida en la ruina de la hija de mi pueblo.
Un tercio de tus habitantes morirá de peste y se consumirá de hambre en medio de ti, otro tercio caerá a cuchillo en tus alrededores y el otro lo esparciré yo a todos los vientos, desenvainando detrás de ellos la espada.
Desahogaré mi ira, saciaré en ellos mi furor y me vengaré. Entonces sabrán que yo soy el Señor, que yo he hablado en el ardor de mi cólera, cuando desahogue en ellos mi furor.
Los hartos se contratan por un poco de pan, mientras que los hambrientos ya no se fatigan. La mujer estéril tiene siete hijos, y la madre fecunda se marchita.