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Jeremías 50:12 - Biblia Martin Nieto

12 Vuestra madre está llena de vergüenza, confundida la que os dio a luz. Vedla, la última de las naciones, desierto, aridez, estepa.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Vuestra madre se avergonzó mucho, se afrentó la que os dio a luz; he aquí será la última de las naciones; desierto, sequedal y páramo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Pero su tierra natal será llena de vergüenza y deshonra. Ustedes serán la última de las naciones, un desierto, tierra seca y desolada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Pero ahora ven a su madre humillada, la que los dio a luz ha sido humillada; ha pasado a ser la última de las naciones, un desierto seco y triste.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Pero vuestra madre° quedará avergonzada, Será abochornada la que os dio a luz. ¡Hela ahí, convertida en última de las naciones, En un desierto, en una estepa solitaria!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Vuestra madre está totalmente abochornada, está avergonzada la que os dio a luz. Es ahora la última de las naciones: desierto, aridez, estepa.

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Jeremías 50:12
17 Tagairtí Cros  

Contra ellos me levantaré -oráculo del Señor omnipotente- y extirparé de Babilonia nombre y resto, vástago y retoño -oráculo del Señor omnipotente-.


He aquí una tierra de caldeos: no eran un pueblo: Asiria la fundó para las bestias del desierto. Han levantado torres de asedio, han demolido sus palacios, la han convertido en montón de ruinas.


Esto dice el Señor: 'A todos mis perversos vecinos, que invaden la heredad cuya posesión di a mi pueblo Israel, yo los arrancaré de su tierra, y de en medio de ellos arrancaré la casa de Judá.


Languidece la madre de siete hijos, está para entregar el alma; su sol se pone siendo aún pleno día, está avergonzada y humillada. Y lo que de ellos queda lo entregaré a la espada, ante sus enemigos' -dice el Señor-.


Pues esto dice el Señor acerca de la casa real de Judá: Eras para mí como un Galaad, como una cima del Líbano. Pero yo te transformaré en desierto, en ciudad despoblada.


Al cabo de estos setenta años yo castigaré al rey de Babilonia y a aquella nación -dice el Señor- por sus crímenes, así como al país de los caldeos, y haré de él una desolación eterna.


a todos los reyes del norte, próximos y lejanos, uno detrás de otro, a todos los reinos de la tierra. El rey de Sesac beberá después de ellos.


Por eso, vienen días -dice el Señor- en que haré resonar contra Rabat Amón el grito de guerra; quedará convertida en un montón de ruinas y sus poblaciones vecinas serán incendiadas. Entonces Israel heredará a sus herederos -dice el Señor-.


Sus ciudades se han convertido en un desierto, en tierra árida, en estepa; nadie ya vivirá allí, ni un alma volverá a pasar por ella.


Por eso, vienen días en que visitaré a los ídolos de Babilonia. Toda su tierra se avergonzará y todas sus víctimas yacerán en medio de ella.


Pero la Jerusalén de arriba es libre, la cual es madre nuestra,


sobre su frente, un nombre escrito -un misterio-: 'Babilonia la grande, la madre de las prostitutas y de las monstruosidades de la tierra'.


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