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Hebreos 11:4 - Biblia Martin Nieto

Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más perfecto que el de Caín; por ella fue proclamado justo, dando el mismo Dios testimonio en favor de sus dones, y por ella, aunque muerto, sigue hablando.

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Biblia Reina Valera 1960

Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Fue por la fe que Abel presentó a Dios una ofrenda más aceptable que la que presentó Caín. La ofrenda de Abel demostró que era un hombre justo, y Dios aprobó sus ofrendas. Aunque Abel murió hace mucho tiempo, todavía nos habla por su ejemplo de fe.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Por la fe de Abel, su sacrificio fue mejor que el de su hermano Caín. Por eso fue considerado justo, como Dios lo dio a entender aprobando sus ofrendas. Y aun después de muerto, por su fe sigue clamando.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Por fe Abel presentó a Dios una ofrenda mejor que Caín, por medio de la cual recibió aprobación de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas, y habiendo muerto, aún habla por medio de ella.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio superior al de Caín: sacrificio que lo acreditó como justo. Fue el mismo Dios quien lo acreditó aceptando sus ofrendas. Y por esta misma fe sigue hablando aún después de muerto.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Por fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.

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Hebreos 11:4
21 Tagairtí Cros  

El Señor le dijo: '¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano grita de la tierra hasta mí.


El Señor le dijo: 'No será así; si alguien mata a Caín, lo pagará siete veces'. Y el Señor puso una señal a Caín para que si alguien lo encontraba, no lo matara.


Adán tuvo de nuevo relaciones con su mujer, y ésta dio a luz un hijo, a quien puso por nombre Set, 'porque Dios, dijo, me ha dado otro descendiente en lugar de Abel, al que mató Caín'.


Caín dijo a su hermano Abel: 'Vamos al campo'. Cuando se encontraron en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y le mató.


Entonces cayó fuego del Señor y devoró el holocausto, la leña, las piedras y el polvo y secó el agua de la zanja.


Ellos te instruirán, te hablarán, y de su corazón sacarán estas frases:


El sacrificio del injusto es un sacrilegio, pues lo ofrece con malas intenciones.


una llama que salía de la presencia del Señor consumió el holocausto y las grasas sobre el altar. Ante esta visión, todo el pueblo lanzó gritos de alegría y cayeron rostro en tierra.


para que caiga sobre vosotros toda la sangre inocente vertida sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, a quien asesinasteis entre el santuario y el altar.


desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, asesinado entre el altar y el santuario. Sí, yo os digo que Dios pedirá cuentas a esta generación.


Hacen profesión de conocer a Dios, pero le niegan con las obras, pues son odiosos y rebeldes, incapaces de hacer nada bueno.


Por ella recibieron testimonio de admiración los antiguos.


Precisamente por eso también nosotros, envueltos como estamos en una gran nube de testigos, debemos liberarnos de todo aquello que es un peso para nosotros y del pecado, que fácilmente nos seduce, y correr con perseverancia en la prueba que se nos propone,


a Jesús, mediador de una alianza nueva, que nos roció con una sangre, que habla más elocuentemente que la de Abel.


Porque todo sacerdote es elegido de entre los hombres para representar a los hombres ante Dios y ofrecer dones y sacrificios por los pecados,


Por lo demás, según la ley, casi todo es purificado con la sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.


(ya que, viéndose obligado a habitar en medio de ellos, este justo sentía torturada su alma inocente día tras día a causa de las obras perversas que veía y oía...).


¡Ay de ellos!, porque siguieron el camino de Caín, se precipitaron en el pecado de Bala n por ansia de dinero y perecieron en la rebelión de Coré.