En las provincias y poblaciones adonde llegaban las órdenes del decreto real tuvieron los judíos alegría y gozo, convites y fiestas. Muchos se hacían judíos por el miedo que les tenían.
Ester 9:27 - Biblia Martin Nieto se comprometieron irrevocablemente ellos, su descendencia y los prosélitos a celebrar cada año estos dos días según el modo prescrito y en el tiempo establecido. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 los judíos establecieron y tomaron sobre sí, sobre su descendencia y sobre todos los allegados a ellos, que no dejarían de celebrar estos dos días según está escrito tocante a ellos, conforme a su tiempo cada año; Biblia Nueva Traducción Viviente los judíos de todo el reino se pusieron de acuerdo para iniciar esa tradición y pasarla a sus descendientes y a todos los que se hacían judíos. Declararon que jamás dejarían de celebrar cada año esos dos días prescritos en la fecha señalada. Biblia Católica (Latinoamericana) los judíos establecieron esta regla para ellos, para sus descendientes y para todos los que se les juntaran, que celebrarían cada año, para la fecha indicada, sin faltar nunca, esos dos días, según la norma prescrita. La Biblia Textual 3a Edicion los judíos establecieron y tomaron sobre sí y sobre su descendencia y sobre todos los que se unieran a ellos, de modo que nunca fuera anulado,° el continuar observando estos dos días según está escrito respecto a ellos, y según su tiempo señalado, en cada año, Biblia Serafín de Ausejo 1975 fijaron y aceptaron los judíos para sí; para su descendencia y para cuantos a ellos se unieran, que no dejarían de celebrar estos dos días, a fecha fija y todos los años; conforme a lo que había sido establecido. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Los judíos ordenaron y tomaron sobre sí, y sobre su simiente, y sobre todos los que se aliaron con ellos, y no será traspasado; que habrían de celebrar estos dos días según está escrito tocante a ellos, conforme a su tiempo cada año; |
En las provincias y poblaciones adonde llegaban las órdenes del decreto real tuvieron los judíos alegría y gozo, convites y fiestas. Muchos se hacían judíos por el miedo que les tenían.
Mardoqueo escribió estos sucesos y envió cartas a todos los judíos de las provincias de Asuero, a las próximas y a las lejanas.
Ordenó la celebración anual durante los días trece y catorce del mes de adar
Conmemorados y celebrados de generación en generación en todas las familias, provincias y ciudades, estos días de purim no serán olvidados por los judíos, ni su recuerdo desaparecerá de su descendencia.
para que pongan en Dios su confianza, no olviden los prodigios del Señor y guarden sus mandatos;
vendrán muchos pueblos y dirán: Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob, para que nos enseñe sus caminos y caminemos por sus sendas. Pues de Sión saldrá la ley y de Jerusalén la palabra del Señor.
El extranjero que se entrega al Señor no diga: ¡Sin duda el Señor me excluirá de su pueblo! Ni diga el eunuco: 'Yo no soy más que un árbol seco'.
Y a los extranjeros que se entregan al Señor para venerarlo, amar su nombre y ser sus siervos; que guardan el sábado sin profanarlo, que se mantienen en mi alianza,
Tú te acordarás de tu conducta y te avergonzarás de ella cuando recibas a tus hermanas mayores junto con las menores; yo te las daré como hijas, pero no en virtud de la alianza pactada contigo.
Esto dice el Señor todopoderoso: 'En aquellos días diez hombres de todas las lenguas del mundo agarrarán a un judío de la orla de su vestido y le dirán: Dejadnos ir con vosotros, pues hemos oído que Dios está con vosotros'.
Habrá una sola ley para toda la comunidad, la misma para vosotros y para el extranjero, y se perpetuará de generación en generación; ante el Señor, vosotros y los extranjeros residentes seréis iguales.
No hizo el Señor esta alianza con nuestros padres; la hizo con nosotros, los mismos que todavía hoy vivimos aquí.
Josué hizo un pacto de paz con ellos comprometiéndose a perdonarles la vida, y los jefes del pueblo juraron hacer lo mismo.
de que todos los años las israelitas vayan a llorar a la hija de Jefté, el galaadita, durante cuatro días.
Y a partir de aquel día esto se convirtió en ley y norma para Israel hasta el día de hoy.