ni siquiera un hilo, ni una correa de tu zapato. Así no podrás decir: Yo he enriquecido a Abrán.
Ester 9:10 - Biblia Martin Nieto los diez hijos de Amán, hijo de Hamdatá, el perseguidor de los judíos, pero no saquearon sus bienes. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 diez hijos de Amán hijo de Hamedata, enemigo de los judíos; pero no tocaron sus bienes. Biblia Nueva Traducción Viviente los diez hijos de Amán, hijo de Hamedata, el enemigo de los judíos; pero no se quedaron con ninguna de sus pertenencias. Biblia Católica (Latinoamericana) los diez hijos de Amán, hijo de Hamdata, el enemigo de los judíos, fueron asesinados; sin embargo los judíos no se dedicaron al pillaje. La Biblia Textual 3a Edicion los diez hijos de Amán hijo de Hamedata, adversario de los judíos, pero no pusieron la mano en el botín. Biblia Serafín de Ausejo 1975 los diez hijos de Amán, hijo de Hamdatá, el enemigo de los judíos. Pero no saquearon sus bienes. Biblia Reina Valera Gómez (2023) diez hijos de Amán, hijo de Amadata, enemigo de los judíos: mas en el despojo no metieron su mano. |
ni siquiera un hilo, ni una correa de tu zapato. Así no podrás decir: Yo he enriquecido a Abrán.
Los hijos de Jacob acometieron a todos los heridos y saquearon la ciudad por haber deshonrado a su hermana.
Algún tiempo después el rey Asuero encumbró a Amán, hijo de Hamdatá, el de Agag; le dio un alto cargo por encima de todos los funcionarios, sus compañeros.
Los correos llevaron a todas las provincias del reino las cartas que mandaban exterminar a todos los judíos, jóvenes y viejos, niños y mujeres, el mismo día, es decir, el trece del duodécimo mes, el mes adar, y confiscar todos sus bienes.
y les habló largamente de sus riquezas fabulosas, del número de sus hijos y de la estima que el rey le había concedido, engrandeciéndolo por encima de todos sus príncipes y cortesanos. Y añadió:
pues yo y mi pueblo estamos condenados al exterminio, a la matanza, al aniquilamiento. Si al menos se hubiese tratado de vendernos como esclavos o esclavas, callaría; pero el enemigo no podrá compensar los daños al rey'.
Ester respondió: 'El opresor, nuestro enemigo, es este perverso de Amán'. Amán entonces se llenó de pánico ante el rey y la reina.
En las cartas, el rey concedía a los judíos, fuera cualquiera la ciudad en que habitasen, el derecho de unirse para defender la propia vida, y de matar, exterminar y acabar con las personas armadas de cualquier pueblo o provincia que los atacasen, incluidos las mujeres y los niños, así como de apoderarse del botín.
Los convertirás en un horno encendido el día que aparezcas, el Señor los tragará en su ira y el fuego los devorará.
porque dijo: 'Una mano se alzó contra el trono del Señor; habrá guerra contra Amalec de generación en generación'.
No te postrarás ante ella ni le darás culto, porque yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad del padre en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
Entonces el rey se alegró enormemente y mandó sacar a Daniel del foso. Sacaron a Daniel del foso, y no se le encontró lesión alguna porque había confiado en su Dios.
No devolváis a nadie mal por mal. Procurad hacer el bien ante todos los hombres.
Por lo demás, hermanos, considerad lo que hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de buena fama, de virtuoso, de laudable;