Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Eclesiastés 9:15 - Biblia Martin Nieto

Había en ella un hombre pobre, pero sabio, que salvó la ciudad con su sabiduría; mas nadie ha conservado el recuerdo de aquel hombre.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

y se halla en ella un hombre pobre, sabio, el cual libra a la ciudad con su sabiduría; y nadie se acordaba de aquel hombre pobre.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Un hombre pobre pero sabio sabía cómo salvar la ciudad, y así la ciudad fue rescatada. Sin embargo, pasado el incidente, a nadie se le ocurrió darle las gracias.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

En la ciudad, sin embargo, había un hombre muy vivo, un hombre muy ordinario, y gracias a su astucia la ciudad se salvó. Pero como era un hombre muy ordinario, nadie pensó más en él.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Y en ella se halla un hombre pobre pero sabio, el cual libra a la ciudad con su sabiduría. Sin embargo, nadie se acordaba de aquel hombre pobre.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Había allí un hombre pobre y sabio, el cual salvó la ciudad con su sabiduría. Pero luego nadie se acordó de aquel hombre pobre.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

y se halló en ella un hombre pobre, sabio, el cual libró la ciudad con su sabiduría; sin embargo, nadie se acordó de aquel hombre pobre.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Eclesiastés 9:15
8 Tagairtí Cros  

Pero el primer copero no se volvió a acordar de José, sino que se olvidó de él.


La mujer, con su sabiduría, convenció a toda la ciudad, cortaron la cabeza a Sebá, hijo de Bicrí, y se la tiraron a Joab. Éste hizo sonar la trompeta y se alejaron de la ciudad, cada cual a su casa. Joab volvió a Jerusalén junto al rey.


El sabio asalta una ciudad de héroes y derriba la muralla en que aquélla confía.


Porque no hay recuerdo eterno ni del sabio ni del necio, pues en los días que siguen todos son olvidados. ¡Así es; el sabio muere como el necio!


Más vale un muchacho pobre y sabio que un rey necio y anciano, que no sabe ya escuchar consejos.


La sabiduría da al sabio una fuerza mayor que la de diez gobernadores en una ciudad.


Y también he visto que los criminales eran llevados a su sepultura partiendo del lugar santo, y eran honrados en la ciudad por haber obrado así. También esto es vanidad.