En verdad no hubo nadie que como Ajab se prestase a hacer lo que es malo a los ojos del Señor, a lo cual le incitaba su esposa Jezabel,
Eclesiastés 8:12 - Biblia Martin Nieto Porque el delincuente comete cien delitos, y no le hacen nada; con todo, yo también sé que llega la felicidad a los que temen a Dios, porque lo temen; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Aunque el pecador haga mal cien veces, y prolongue sus días, con todo yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen, los que temen ante su presencia; Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, aunque una persona peque cien veces y siga gozando de muchos años de vida, yo sé que les irá mejor a los que temen a Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) Pues por más que el pecador haga cien veces lo que es malo, se le deja todo su tiempo. (Sé, sin embargo, que la felicidad es para los que temen a Dios y que lo respetan. La Biblia Textual 3a Edicion Pero aunque el pecador haga el mal cien veces y prolongue sus días, sé que le irá bien al que teme delante de Dios, Biblia Serafín de Ausejo 1975 El pecador obra mal cien veces, y su vida se prolonga. Pero yo sé que la dicha es para los que temen a Dios, precisamente porque le temen; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Bien que el pecador haga mal cien veces, y sus días le sean prolongados, con todo yo también sé que a los que temen a Dios les irá bien, a los que temen ante su presencia; |
En verdad no hubo nadie que como Ajab se prestase a hacer lo que es malo a los ojos del Señor, a lo cual le incitaba su esposa Jezabel,
Temblad en su presencia los de la tierra entera. El Señor fijó el orbe y no se moverá.
o bien que su ira no castiga, que no se cuida para nada de la iniquidad.
¡Aleluya! Dichoso el hombre que teme al Señor y ama sus mandamientos.
adorad al Señor con ornamentos santos, temblad delante de él, oh tierra toda.
Dios favoreció a las parteras, y el pueblo siguió multiplicándose, llegando a ser muy poderoso.
La desventura persigue al delincuente, la felicidad acompaña al justo.
Dichoso el hombre que está siempre en el temor, el que endurece su corazón caerá en la desventura.
Fin del discurso. Todo está dicho. Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque en eso consiste ser hombre.
Yo sé que todo lo que Dios hace subsiste para siempre; a ello nada se puede añadir ni de ello se puede quitar nada, y así hace Dios que se le tema.
Además, pasó todos sus días en la oscuridad, afligido, deprimido e irritado.
Si ves en la región al pobre oprimido, el derecho y la justicia violados, no te sorprendas por eso; es que sobre una autoridad hay vigilando otra autoridad, y sobre ésta hay aún otras autoridades.
Estas dos cosas he visto en mis días de vanidad: justo que perece a pesar de su justicia, e injusto que prolonga sus días a pesar de su injusticia.
Es bueno que esto sujetes y que de aquello no retires tu mano; porque quien teme a Dios cumple lo uno y lo otro.
Y, sin embargo, hoy es el día en que todavía no han sentido arrepentimiento ni temor alguno, ni han procedido con arreglo a mi ley y mis preceptos, que yo promulgué a vosotros y a vuestros padres.
Entonces el rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del reino preparado para vosotros desde el principio del mundo.
su misericordia de generación en generación / para todos sus fieles. /
Tú, con tu corazón impenitente y duro, estás amontonando castigos para el día del castigo, cuando se manifieste el justo juicio de Dios,
¿Qué tienes tú que decir en contra, si Dios, queriendo manifestar su indignación y dar a conocer su poder, soportó con gran paciencia a los que estaban preparados para la destrucción;
No la comerás, para que seáis felices tú y tus hijos después de ti por haber hecho lo que es justo a los ojos del Señor.
Escucha y cumple todas estas prescripciones que te doy, para que seas feliz siempre tú y tus hijos después de ti, haciendo lo que es justo a los ojos del Señor, tu Dios.
Guarda sus leyes y mandamientos, que yo te prescribo hoy, para que seas feliz tú y tus hijos después de ti y vivas largos años en la tierra que te da el Señor, tu Dios'.
El Señor sabe librar a los piadosos de la tentación y reservar a los criminales para ser castigados el día del juicio,