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Apocalipsis 21:4 - Biblia Martin Nieto

Enjugará las lágrimas de sus ojos

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Biblia Reina Valera 1960

Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

él enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte ni lamento, ni llanto ni pena, pues todo lo anterior ha pasado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y enjugará° toda lágrima de sus ojos, y ya no existirá la muerte,° ni habrá ya llanto, ni clamor, ni dolor.° Las primeras cosas pasaron.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Enjugará toda lágrima de sus ojos y la muerte ya no existirá, ni existirán ya ni llanto ni lamentos ni trabajos, porque las cosas de antes ya han pasado'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte; ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

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Apocalipsis 21:4
26 Tagairtí Cros  

El hombre es como un soplo, sus días como sombra que pasa.


destruirá para siempre la muerte. El Señor Dios secará las lágrimas de todos los rostros, y la ignominia de su pueblo la borrará de toda la tierra; porque el Señor ha hablado.


Sí, pueblo de Sión que habitas en Jerusalén, no llorarás más: él te dará su gracia, atento a tus gritos de súplica; en cuanto lo oiga, te responderá.


Por él volverán los liberados del Señor, llegarán a Sión entre gritos de júbilo, una alegría eterna transformará su rostro; júbilo y alborozo les acompañarán, pena y llanto habrán huido.


Así volverán los liberados del Señor, llegarán a Sión entre gritos de júbilo; dicha eterna coronará su cabeza; alegría y dicha los acompañarán y huirán las penas y suspiros.


No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna, porque el Señor será tu luz eterna, cumplidos ya los días de tu duelo.


a dar a todos los afligidos de Sión una diadema en lugar de ceniza, perfume de alegría en lugar del vestido de luto, alabanza en lugar de espíritu abatido. Se les llamará encinas de justicia, plantación del Señor para su gloria.


Y vendrán cantando de alegría a la altura de Sión, volverán a gozar de los bienes del Señor: el trigo, el vino y el aceite, las ovejas y los bueyes. Su alma será un huerto bien regado y no volverán ya a languidecer.


Entonces las jóvenes se alegrarán bailando, jóvenes y viejos vivirán felices; cambiaré su luto en alegría; los consolaré, los alegraré después de su dolor.


¿Pero yo los libraré del poder del abismo; los salvaré del poder de la muerte? ¿Dónde están, muerte, tus estragos? ¿Dónde están, abismo, tus azotes? La compasión desaparece de mi vista.


El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.


El último enemigo en ser destruido será la muerte;


los que gozan del mundo, como si no disfrutasen; porque este mundo que contemplamos está para acabar.


De modo que, el que está en Cristo, es una criatura nueva; lo viejo ya pasó, y ha aparecido lo nuevo.


Por esto: Salid y separaos de ellos -dice el Señor-; no toquéis nada impuro, y yo os recibiré;


Estas palabras: una vez más, indican que las cosas conmovidas serán cambiadas, porque son cosas creadas, para que subsistan aquellas que son inmutables.


El día del Señor vendrá como ladrón: los cielos se desintegrarán entonces con gran estrépito, los elementos del mundo quedarán hechos ceniza y la tierra con todo cuanto hay en ella desaparecerá.


El mundo pasa, y con él sus deseos insaciables; pero el que hace la voluntad de Dios vive para siempre.


El mar devolvió los muertos que guardaba; la muerte y el abismo devolvieron los muertos que guardaban, y cada uno fue juzgado según sus obras.


La muerte y el abismo fueron arrojados al estanque de fuego: el estanque de fuego es la segunda muerte.


Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido; y el mar ya no existía.


porque el ángel que está en medio del trono será su pastor y los conducirá a las fuentes de las aguas de la vida; y Dios enjugará todas las lágrimas de sus ojos'.