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Apocalipsis 22:3 - Biblia Martin Nieto

3 Ya no habrá maldición alguna.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Ya no habrá más maldición sobre ninguna cosa, porque allí estará el trono de Dios y del Cordero, y sus siervos lo adorarán.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 No habrá ya maldición alguna; el trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad, y sus servidores le rendirán culto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y ya no habrá más maldición,° sino que el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Ya no habrá anatema contra nadie, se asentará en ella el trono de Dios y del Cordero. Sus siervos le darán culto,

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Apocalipsis 22:3
20 Tagairtí Cros  

Me enseñarás el camino de la vida, plenitud de gozo en tu presencia, alegría perpetua a tu derecha.


Yo, y esto es justicia, contemplaré tu rostro, al despertarme me saciaré de tu presencia.


Exulta, grita de júbilo, habitante de Sión, pues grande es en ti el Santo de Israel.


Así volverán los liberados del Señor, llegarán a Sión entre gritos de júbilo; dicha eterna coronará su cabeza; alegría y dicha los acompañarán y huirán las penas y suspiros.


Sobre ellos estableceré mi morada; seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


El perímetro medirá un total de nueve mil metros. Y desde aquel día el nombre de la ciudad será: 'El Señor está allí'.


Jerusalén será habitada, no será más destruida y sus habitantes vivirán seguros.


El amo le dijo: ¡Bien, criado bueno y fiel!; has sido fiel en lo poco, te confiaré lo mucho. Entra en el gozo de tu señor.


Luego dirá a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.


El que quiera ponerse a mi servicio, que me siga, y donde esté yo allí estará también mi servidor. A quien me sirva, mi Padre lo honrará.


Si Dios ha sido glorificado en él, Dios lo glorificará a él y lo glorificará en seguida'.


Cuando me vaya y os haya preparado el sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que, donde yo estoy, estéis también vosotros;


Padre, yo quiero que también los que me has confiado estén conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria, que me has dado, porque antes de la creación del mundo ya me amabas.


¡Maldito el que no se atenga a las palabras de esta ley y no las ponga en práctica! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!


Gritaban con voz potente: La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del cordero.


Después de esto vi aparecer una gran muchedumbre, que nadie podía contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua. Estaban en pie delante del trono de Dios y delante del cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.


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