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Apocalipsis 19:12 - Biblia Martin Nieto

Sus ojos son como una llama de fuego; sobre su cabeza tiene muchas diademas; tiene un nombre escrito, que él solo conoce;

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Biblia Reina Valera 1960

Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Sus ojos eran como llamas de fuego, y llevaba muchas coronas en la cabeza. Tenía escrito un nombre que nadie entendía excepto él mismo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Sus ojos son llamas de fuego, tiene en la cabeza muchas coronas y lleva escrito un nombre que sólo él entiende.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Sus ojos son llama de fuego,° y hay muchas diademas sobre su cabeza, donde tiene un nombre escrito el cual nadie conoce, sino Él mismo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Sus ojos son llama de fuego. Lleva en la cabeza muchas diademas y tiene un nombre escrito que nadie conoce sino él.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas coronas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino Él mismo.

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Apocalipsis 19:12
25 Tagairtí Cros  

Y el hombre añadió: 'Tu nombre no será ya Jacob, sino Israel, porque te has peleado con Dios y con los hombres y has vencido'.


¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que de él te preocupes?


Respeta su presencia y escucha su voz; no te rebeles contra él, porque no perdonará vuestra infidelidad, pues mi nombre está en él.


¿Quién subió a los cielos y después bajó? ¿Quién ha encerrado el viento en sus puños? ¿Quién ató las aguas en su manto? ¿Quién estableció todos los límites de la tierra? ¿Cómo se llama? ¿Cuál es el nombre de su hijo? ¿Lo sabes tú?


Serás una corona preciosa en manos del Señor, una diadema real en la palma de tu Dios.


para ensanchar el imperio, para una paz sin fin en el trono de David y en su reino; para asentarlo y afirmarlo en el derecho y la justicia desde ahora para siempre. El celo del Señor omnipotente hará todo esto.


Su cuerpo parecía de crisólito, su rostro era como el fulgor del relámpago, sus ojos como antorchas encendidas, sus brazos y sus pies como el destello del bronce bruñido y el rumor de sus palabras como el ruido de una multitud.


El Señor, su Dios, los salvará en aquel día, apacentará a su pueblo como un rebaño, como piedras de diadema brillarán en su tierra.


Mi Padre me ha confiado todas las cosas; nadie conoce perfectamente al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera manifestar.


Jesús se acercó y les dijo: 'Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra.


Mi Padre me ha confiado todas las cosas; nadie conoce al hijo sino el Padre; y nadie conoce al Padre sino el hijo y aquel a quien el hijo se lo quiera manifestar'.


Ya no estoy en el mundo; pero ellos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, guarda con tu poder a los que me has confiado, para que sean, como nosotros, una sola cosa.


Cuando yo estaba con ellos, yo los guardaba y los protegía con tu poder; tú me los confiaste, y ninguno se perdió, a no ser el que tenía que perderse para que se cumpliera la Escritura.


por encima de todo principado, potestad, autoridad, señorío y de todo lo que hay en este mundo y en el venidero;


Pero al que fue rebajado un poco con relación a los ángeles, Jesús, le vemos coronado de gloria y dignidad por haber sufrido la muerte; de modo que, por la gracia de Dios, gustó la muerte en beneficio de todos.


Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la lana blanca, como la nieve; sus ojos, como una llama de fuego;


Otra señal apareció en el cielo: un dragón color de fuego, con siete cabezas y diez cuernos; sobre sus cabezas, siete diademas;


Entonces vi surgir del mar una bestia que tenía diez cuernos y siete cabezas; sobre sus cuernos tenía diez diademas, y sobre sus cabezas nombres blasfemos.


Lleva sobre el manto y sobre su muslo un nombre escrito: 'Rey de reyes y Señor de señores'.


Al vencedor le haré columna del templo de mi Dios, y no saldrá más; escribiré sobre él el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad de mi Dios -la nueva Jerusalén, que baja del cielo de junto a mi Dios- y mi nombre nuevo.


Vi aparecer un caballo blanco; el jinete tenía arco, se le dio una corona y salió como vencedor y para vencer.


El ángel del Señor le respondió: '¿Para qué preguntas por mi nombre? Es misterioso'.