Isaías 62 - Biblia Martin Nieto1 Por amor de Sión no me he de callar, no descansaré por Jerusalén, hasta que no despunte como la aurora su justicia y flamee su salvación como una antorcha. 2 Verán tu justicia las naciones y todos los reyes tu gloria. Se te llamará con un nombre nuevo, acuñado por la boca del Señor. 3 Serás una corona preciosa en manos del Señor, una diadema real en la palma de tu Dios. 4 No se te llamará más la abandonada, ni tu tierra será dicha desierta, sino que se te llamará mi complacencia, y a tu tierra desposada, porque en ti se complace el Señor, y tu tierra tendrá un esposo. 5 Como un joven se casa con su novia, así tu constructor se casará contigo; y como el esposo se recrea en la esposa, así tu Dios se recreará en ti. 6 Sobre tus murallas, Jerusalén, he apostado centinelas, para que ni de día ni de noche se callen nunca. Vosotros, los que rendís memoria al Señor, no os concedáis reposo. 7 No le deis tregua a él, hasta que restablezca a Jerusalén y la constituya como gloria en medio de la tierra. 8 El Señor lo ha jurado por su diestra, por su potente brazo: No daré más tu grano como alimento a tus enemigos, ni extranjeros beberán más tu vino por el que te afanaste, 9 sino que comerán lo que cosechen y alabarán al Señor, y los vendimiadores beberán en el atrio de mi santuario. 10 Pasad, pasad por las puertas, abrid camino al pueblo, allanad, allanad la calzada, retirad las piedras; izad para los pueblos la bandera. 11 He aquí lo que el Señor pregona hasta el extremo de la tierra: Decid a la hija de Sión: Mira, ya viene tu salvador, vienen con él su recompensa y sus trofeos le preceden. 12 'Pueblo santo' se les llamará, 'redimidos del Señor'. Y a ti se te llamará buscada, 'ciudad no abandonada'. |
Evaristo Martín Nieto©