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2 Samuel 4:1 - Biblia Martin Nieto

Cuando Isbaal, hijo de Saúl, supo que Abner había muerto en Hebrón, se quedó sin aliento, y todo Israel quedó consternado.

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Biblia Reina Valera 1960

Luego que oyó el hijo de Saúl que Abner había sido muerto en Hebrón, las manos se le debilitaron, y fue atemorizado todo Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando Is-boset, el hijo de Saúl, se enteró de la muerte de Abner en Hebrón, se acobardó y todo Israel quedó paralizado de miedo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando el hijo de Saúl supo que Abner había sido asesinado en Hebrón, se le cayeron los brazos y todo Israel se estremeció.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y cuando el hijo de Saúl° supo que Abner había muerto en Hebrón, sus manos se debilitaron y todo Israel fue turbado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando Isbaal, hijo de Saúl, se enteró de la muerte de Abner en Hebrón, desfallecieron sus manos y todo Israel quedó consternado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Luego que oyó el hijo de Saúl que Abner había sido muerto en Hebrón, sus manos se le debilitaron, y fue atemorizado todo Israel.

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2 Samuel 4:1
11 Tagairtí Cros  

Caeré sobre él cuando esté cansado y sin fuerzas, y le atemorizaré. Todo el pueblo que está con él se dará a la fuga, y mataré solamente al rey.


Abner, hijo de Ner, jefe del ejército de Saúl, tomó a Isbaal, hijo de Saúl, le trasladó a Majanayín,


Cuando Abner volvió a Hebrón, Joab le llevó aparte, al lado de la puerta, como para hablar pacíficamente con él, y allí le hirió mortalmente en el vientre, por la sangre de Asael, su hermano.


Entonces la población del país se puso a desanimar al pueblo de Judá y a meterles miedo, a fin de que dejasen la construcción.


Lo que intentaban era meternos miedo, pensando que dejaríamos el trabajo, y la obra no se llegaría a realizar. Pero, por el contrario, yo proseguí con más ánimo.


Por eso todos los brazos se derrumban, todos los corazones se derriten.


¡Fortaleced las manos lánguidas, afirmad las rodillas vacilantes!


El rey de Babilonia ha tenido noticia y han desfallecido sus brazos; le ha invadido la angustia, dolores como de mujer en parto.


Hemos oído la noticia, han desfallecido nuestros brazos, la angustia nos invade, un dolor cual de mujer en parto.


Aquel día se dirá a Jerusalén: No temas, Sión, no decaigan tus manos.