El rey y todo el pueblo que estaba con él llegaron extenuados y allí descansaron.
2 Samuel 16:5 - Biblia Martin Nieto Cuando el rey David llegó a Bajurín, salió de allí un hombre del mismo clan de Saúl, llamado Semeí, hijo de Guerá. Salía profiriendo maldiciones. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y vino el rey David hasta Bahurim; y he aquí salía uno de la familia de la casa de Saúl, el cual se llamaba Simei hijo de Gera; y salía maldiciendo, Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras el rey David llegaba a Bahurim, salió un hombre de la aldea maldiciéndolos. Era Simei, hijo de Gera, del mismo clan de la familia de Saúl. Biblia Católica (Latinoamericana) Como el rey David se acercara a Bajurim, salió un hombre de la familia de Saúl que se llamaba Simeí, hijo de Guera. Mientras caminaba, iba lanzando toda clase de maldiciones. La Biblia Textual 3a Edicion Al llegar el rey David a Bahurim, he aquí que de allí venía saliendo un hombre de la familia de la casa de Saúl, de nombre Simei ben Gera; y en tanto que salía echaba maldiciones. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando el rey David llegó a Bajurín, salió de allí un hombre del clan de la casa de Saúl, llamado Semeí, hijo de Guerá. Avanzaba profiriendo maldiciones Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vino el rey David hasta Bahurim; y he aquí salía uno de la familia de la casa de Saúl, el cual se llamaba Simeí, hijo de Gera; y salía maldiciendo, |
El rey y todo el pueblo que estaba con él llegaron extenuados y allí descansaron.
Entonces el rey dijo a Sibá: 'Todo lo que pertenecía a Meribaal será tuyo'. Y Sibá contestó: 'A tus pies, gracias por el favor que me haces'.
Y tiraba piedras a David y a todos sus servidores, aunque todo el ejército y los valientes estaban a la derecha y a la izquierda del rey.
Pero les vio un joven y se lo comunicó a Absalón. Entonces los dos, caminando de prisa, llegaron a Bajurín, a casa de un hombre que tenía una cisterna en el patio, y allí se metieron.
Su marido partió con ella y la siguió llorando hasta Bajurín. Abner le dijo: 'Anda, vuélvete'. Y él se volvió.
En la ciudad de Susa había un judío llamado Mardoqueo, hijo de Yaír, hijo de Simeí, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín,
Ellos maldicen, pero tú bendices, que ellos se avergüencen y tu siervo se alegre;
que sus tierras se vuelvan un desierto, que en sus tiendas no haya quien habite;
No serás remiso en hacerme la ofrenda de tus mieses y tu vino. Me darás el primogénito de tus hijos.
Como un pájaro que escapa y una golondrina que vuela, así la maldición sin motivo no tiene efecto.
No maldigas al rey ni aun con tu pensamiento; no maldigas al rico ni aun en tu alcoba; porque las aves del cielo transportan la voz y un ser alado lo hace saber.
Y vagará por el país, abatido y hambriento; por el hambre se desesperará y maldecirá a su rey y a su Dios. Levantará sus ojos a lo alto,
Y le dijo: '¿Te has creído que soy un perro, para venir contra mí con un cayado?'. Luego maldijo a David por sus dioses,